Inteligencia Emocional
Ciclo de enseñanzas El Arte de Amarnos
El primer uso del término inteligencia emocional se atribuye generalmente a Wayne Payne, quien lo cita en su tesis doctoral, pero la popularización del término se debe a la obra de Daniel Goleman, Inteligencia emocional, publicada en 1995.
En dicho libro Daniel Goleman sostiene que para comprender el gran poder de las emociones sobre la mente pensante —y la causa del frecuente conflicto existente entre los sentimientos y la razón— debemos considerar la forma en que ha evolucionado el cerebro. La región más primitiva del cerebro es el tronco encefálico, que regula las funciones vitales básicas, como la respiración o el metabolismo, y lo compartimos con todas aquellas especies que disponen de sistema nervioso, aunque sea muy rudimentario. De este cerebro primitivo emergieron los centros emocionales que, millones de años más tarde, dieron lugar al cerebro pensante: el neocórtex. El hecho de que el cerebro emocional sea muy anterior al racional y que éste sea una derivación de aquél, revela con claridad las auténticas relaciones existentes entre el pensamiento y el sentimiento.
Las emociones son importantes para el ejercicio de la razón. Entre el sentir y el pensar, la emoción guía nuestras decisiones, trabajando con la mente racional y capacitando —o incapacitando— al pensamiento mismo. Del mismo modo, el cerebro pensante desempeña un papel fundamental en nuestras emociones, exceptuando aquellos momentos en los que las emociones se desbordan y el cerebro emocional asume por completo el control de la situación. En cierto modo, tenemos dos cerebros y dos clases diferentes de inteligencia: la inteligencia racional y la inteligencia emocional y nuestro funcionamiento vital está determinado por ambos.
La inteligencia emocional implica que las personas saben elegir cómo expresar los sentimientos.
Claramente las improntas emocionales de nuestros primeros años de vida condicionan nuestra forma de percibir la vida, la imagen que tenemos sobre nosotras/os mismas/os y el mundo que nos rodea. Autores como Michael Brown (El Proceso de la Presencia) nos recuerdan que repetimos una y otra vez situaciones emocionales no resueltas en nuestros primeros siete años de vida. Son las improntas emocionales no integradas las que conforman nuestra herida, nuestra caracterología (flujo congelado) o neurosis. Por eso es fundamental llevar nuestra mirada de adulto o lo que es lo mismo poner luz a esa energía estancada para liberarla. Conforme vamos atendiendo a nuestras emociones congeladas, vamos restituyendo el flujo de vida, vamos ganando en Presencia, así aprendemos a responder en vez de reaccionar a los acontecimientos emocionales de nuestro día a día.
El Arte de Amarnos es un ciclo de enseñanzas de inteligencia emocional que auna herramientas de psicología junguiana (trabajo con la sombra), transpersonal y trabajos con arquetipos, así como técnicas bioenergéticas y la meditación para poder a crecer y desarrollarnos emocionalmente.
Aprenderemos a trabajar con nuestro cuerpo emocional, con nuestra sombra, con el sistema de creencias limitantes como el camino directo para poder desarrollar nuestro máximo potencial.
Desarrollaremos nuestra inteligencia emocional adquiriendo herramientas para madurar emocionalmente.
Obtendremos mayor claridad mental, conforme vamos sanando nuestro cuerpo emocional, para así poder reconocer la verdad de quienes somos.
Tu tarea no es buscar el amor sino buscar y encontrar las barreras dentro de ti misma/o que has construido contra él. (Rumi)
Facilita. Margarita Sabariego, (Aditi Libertad)