Ya llega el verano, actividades al aire libre, paseos y no debemos olvidarnos de mantener una alimentación adecuada. Hay que tener en cuenta que, durante el verano hace más calor, el sol tiene más fuerza, por tanto, la humedad también es mayor. Todos estos cambios hacen que tu organismo transpire más para regular la temperatura. Esto conlleva una pérdida de agua y sales minerales.
¿Qué conviene tomar en estas fechas?
Frutas y verduras
– Hidratación. Muy importante, tomar alimentos de calidad como las frutas (con su piel) y verduras de temporada. Ecológicas en la medida de lo posible, para evitar todos los pesticidas que pueden llevar incorporados.
Agua, muy importante incorporarla en nuestro día. Puede ser agua saborizada con frutas, por ejemplo.
Gazpacho. ¡Qué bueno y nutritivo!
– Alimentos como los pepinos, la lechuga, el apio, el melón o la piña, nos ayudarán a mantenernos bien hidratados.
– Ensaladas enriquecidas con frutas + semillas. Alternativas muy fresquitas para el verano.
– Mantén tu despensa llena de alimentos ricos en prebióticos y prebióticos. Por ejemplo, raíz de achicoria cruda, hojas de diente de león crudas, ajo crudo y puerros crudos. También añadimos cebollas crudas y cocinadas, plátanos verdes, espárragos crudos. Todo ello te va a ayudar remodelar tu microbiota intestinal.
– Recuerda que para tus tentempiés puedes llevarte al trabajo, playa, campo encurtidos fermentados para picar y aplacar así los antojos de comer algo salado o dulce. Mejoran la digestión.
Mejoran el tránsito intestinal. Son muy recomendables en caso de estreñimiento, hinchazón abdominal después de comer y para combatir los gases.
Si tienes hipertensión, no los tomes a diario, o compra los que aporten la menor cantidad de sodio, cloruro sódico o sal.
Cenas ligeras y comer despacio
– Recuerda que las cenas sean ligeras. Por ello, las cenas son una estupenda oportunidad para disfrutar de recetas nutritivas, pero sanas y equilibradas. Es decir, pobres grasas y con muy pocas calorías, lo que nos ayuda a conciliar mejor el sueño. También a recuperar la hidratación perdida durante las horas centrales del día. Recuerda cenar al menos 2 horas antes de acostarte para tener una alimentación adecuada.
– Preparaciones en crudo o con cocciones cortas que resalten el sabor sin alterar los nutrientes, es importante tenerlo en cuenta en nuestras comidas.
– Recuerda comer despacio, masticando, saboreando los alimentos y disfrutando del momento presente. Es la mejor solución a trastornos digestivos, malas digestiones, etc.
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