Depurar el organismo. Detox de primavera
Ya hace más de un mes que hemos entrado en la primavera, estación donde empieza a florecer la naturaleza y el cuerpo nota estos cambios de apertura a la llegada de días más largos, con más luz, con más incidencia solar, y, la energía que ello repercute para nuestro organismo, haciendo que se libere más serotonina que nos aumenta las ganas de estar más activos y hacer más cosas.
Según la Ayúrveda, la primavera es el mejor momento para hacer un détox y acompañar nuestros órganos emultorios para liberarlos de la pesadez del periodo invernal y de las cargas toxicas que hemos ido acumulando.
La medicina tradicional china, también contempla este momento para expandirnos hacia fuera y desarrollar raíces más profundas. En la medicina china el elemento Madera se asocia a esta estación ya que es tiempo de nacimiento, nuevos comienzos y tiene relación con el hígado y la vesícula biliar. Según la medicina china, el órgano Yin es el hígado y el órgano Yang es la vesícula biliar.
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Detox en primavera: Los órganos
El hígado
Es un gran depurador del organismo y una de sus funciones, es almacenar y regular la cantidad de sangre que se destina a cada actividad fisiológica. Por lo tanto, puede repercutir en la cantidad de sangre menstrual o la falta de sangre que el hígado necesita para cubrir los tendones, ligamentos y vista. La fisiopatología con el ojo, es porque según la medicina china, el hígado comunica con los ojos y es responsable de la buena visión. Otra de las funciones es ayudar al bazo en el proceso de la digestión. El hígado alberga el Hun o ‘alma subconsciente’, que se relaciona con el subconsciente y con los sueños.
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La vesícula biliar
Desempeña un papel importantísimo tanto en la digestión como en numerosas funciones fisiológicas del organismo. Posee un gran protagonismo en nuestra vida física y psicomental, lo que explica su relevancia en varias patologías de origen interno. La bilis es el principal instrumento con que cuenta el hígado para deshacerse de los compuestos tóxicos que se quedan atrapados en la grasa de nuestro cuerpo. Un buen flujo biliar mejora la digestión y evita que se acumulen esos compuestos tóxicos en el hígado. La correcta producción y secreción de bilis dependerá de que tanto el hígado como la vesícula biliar fluyan correctamente. Las tres funciones principales de la vesícula biliar son:
• Reservar y liberar la bilis.
• Controlar la capacidad de decisión.
• Ayudar al Hígado a controlar los tendones.
Para apoyar a que estos dos órganos puedan ejercer su función con mejor efectividad, a través de la alimentación podemos contribuir a ayudar a eliminar sustancias del cuerpo que nos restan energía y a la larga afectan a nuestra salud.
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6 buenos aliados para un detox de primavera de esos órganos:
Diente de león
Esta planta (Taraxacum officinale) es muy eficaz para estimular la depuración del hígado y también por su efecto diurético sobre los riñones. Su componente esencial es la taraxina, cuyo sabor amargo estimula las funciones hepáticas y biliares. Muy recomendada como descongestionante hepático, para favorecer la eliminación de toxinas y potenciar la formación de bilis.
Se puede consumir las hojas jóvenes de esta planta en ensaladas y proporcionará un ligero toque amargo que contrastará con los demás ingredientes. También se puede preparar una decocción de la raíz y beberla como infusión antes o después de las comidas. Combinándolo con menta, angélica, poleo blanco o hinojo, suavizará su amargor. Se puede encontrar en herbolarios en gotas de extracto líquido, tintura y en cápsulas.
Alga chlorella
Esta microalga unicelular se considera muy eficaz a la hora de eliminar compuestos que pueden resultar tóxicos para el organismo. Tiene un gran poder detoxificante debido a sus propiedades quelantes, que le confieren una gran capacidad para eliminar metales pesados, entre ellos el mercurio. De hecho, algunos dentistas la recomiendan como tratamiento complementario en sus protocolos de extracción de amalgamas. La chlorella puede ser asimismo una buena aliada de la salud hormonal, pues ayuda a expulsar las estronas, un tipo de estrógenos que en exceso pueden favorecer la aparición de cánceres hormono-dependientes. También ayuda a limpiar el organismo de compuestos organoclorados como los bifenilos policlorados (PCB), que pueden afectar a la función tiroidea.
La chlorella se comercializa en polvo o bien en cápsulas o comprimidos (hay que mirar el % de composición de alga en polvo). Para la eliminación de metales pesados se utiliza a menudo en combinación de cilantro, pues sus acciones se complementan.
N-acetilcisteína
La n-acetilcisteína (NAC) es una enzima precursora del glutatión, un poderoso antioxidante endógeno que interviene en la eliminación de metales pesados y sustancias tóxicas.
El hígado divide sus tareas de depuración en dos fases. En la primera fase utiliza enzimas para ir neutralizando los diferentes compuestos tóxicos, que se transforman en otros menos tóxicos para que el organismo los pueda eliminar. En esta primera fase es importante tener buenos antioxidantes a mano que protejan al hígado de los radicales libres que se generan. Y ahí es donde interviene el glutatión, el antioxidante más importante de todo el proceso de desintoxicación. El glutatión ayuda a eliminar tóxicos como la cafeína, el alcohol, residuos de plaguicidas, estrógenos y compuestos tóxicos que respiramos con el aire contaminado por los coches.
Sustancias similares
Además de la n-acetil-cisteína (NAC), otras sustancias que contribuyen a la formación de glutatión son las tres vitaminas antioxidantes (A, C y E), la silimarina, del cardo mariano, o polifenoles, como el resveratrol de la uva.
También consumiendo alimentos ricos en cisteína, derivados de la soja, semillas de girasol, cereales integrales, el ajo, la cebolla, así como las diferentes coles: repollo, coliflor, brócoli, coles de Bruselas…ayudamos a la formación de NAC y por lo tanto a su conversión a glutatión. En herbolarios se puede encontrar directamente la n-acetilcisteína en forma de suplemento.
Cardo mariano



Los frutos del cardo mariano (Silybum marianum) contienen silimarina, una de las sustancias que más pueden hacer por tu hígado. La silimarina es capaz de limpiar y regenerar el tejido hepático, por lo que se utiliza habitualmente para tratar trastornos hepáticos, reparar los daños producidos por el alcohol y aliviar las intoxicaciones agudas. Entre los problemas hepáticos que puede mejorar se incluyen el hígado graso, la hepatitis, la insuficiencia hepática o la cirrosis. El cardo mariano protege al hígado frente a los daños que podrían provocar los compuestos tóxicos que ingerimos. Para ello potencia la acción de las enzimas antioxidantes en este órgano y evita que esos compuestos tóxicos penetren en el interior de las células hepáticas. Además ejerce una acción antiinflamatoria en esas células.
Al igual que el diente de león, se pueden usar sus hojas tiernas en ensaladas y hacer infusión o decocción.
Lima
Esta fruta se considera un protector del hígado debido a su contenido en d-limoneno, un terpeno que abunda en la piel de los cítricos y que estimula las funciones depurativas tanto del hígado como de la vesícula biliar. El D-limoneno, por un lado, activa las enzimas hepáticas que intervienen en la eliminación de toxinas y por otro lado, ayuda a disolver las grasas que podrían afectar al flujo de la bilis, un elemento esencial en el proceso de depuración, previniendo a la vez la acumulación de grasa en el hígado.
Tomar uno o dos cítricos al día o rallando la piel de los cítricos en ensaladas, aportamos d-limoneno. Si es así, que sea de cultivo ecológico para evitar plaguicidas. Uno de los frutos exóticos que podemos comer su piel es el Kumquat conocido como naranja china o naranja enana. También encontramos el d-limoneno en el aceite esencial de limón (Citrus limonum). Añadiendo 1 gota en tus infusiones o en tus meriendas de frutas más dulces, das un toque más fresco.



Alcachofa
Gracias a su contenido en cinarina y ácido cafeico estimula la producción de bilis y la digestión de las grasas. Una manera de prepararlas, es en forma de carpaccio cortando láminas finas y macerándolas con limón y pasado un rato, aliñar con aceite y sazonar al gusto.
En resumen, aparte de estos alimentos específicos, limpiar estos dos órganos mediante una dieta más bien vegetariana, rica en vegetales y hortalizas (son depurativas y ricas en betacarotenos, que reduce la secreción de grasa), rica en cereales integrales (su contenido en fibra mejora el acné) y que incluya alimentos amargos como alcachofa, endibias, rábanos, etc. Y con la sinergia de la fitoterapia, ayudaremos a drenar y a eliminar el exceso de toxinas. Hacer infusiones con plantas como el desmodium, la bardana o la alcachofa pueden favorecer este proceso de desintoxicación hepática.
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Bibliografía:
- Escuela de Medicina oriental. Cielo y Tierra. Pssg Sant Joan, 30. BCN; [email protected]
- Transforma tu Salud. Xevi Verdaguer. Ed. Rosa dels Vents
- Superfoods. Carla Zaplana. Ediciones Cossetània.
- La Dieta Antiaging. Rejuvenecer Comiendo. Dr. Javier Güell. Ed. La Esfera de Libros S.L.
- Recetas para curar el cuerpo y el alma. Maite Zudaire y Tina Asensio. Ed. Now Books
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