No hace mucho tiempo, el aceite de coco era una rareza en las tiendas convencionales. Esto es porque durante muchos años nos han inculcado que las grasas saturadas son perjudiciales para la salud. En este sentido, el aceite de coco contiene hasta un 92% de grasas saturadas, ¿quién en su sano juicio habría buscado incluir este aceite en su dieta?
Sin embargo, una avalancha de investigación revela roles beneficiosos para los ácidos grasos de cadena media (triglicéridos de cadena media, o MCT), siendo el aceite de coco muy rico en los mismos.
Propiedades de la monolaurina
Los artículos redactados acerca de este asunto han confirmado las posibles funciones beneficiosas de los MCT en patologías como la esclerosis lateral amiotrófica, así como en la mejora de la función cognitiva. Esto se debe a un derivado particular del ácido láurico (uno de los MCT en el aceite de coco), denominado monolaurina, que incluso puede ser especialmente útil para combatir virus, bacterias y hongos patógenos.
La monolaurina es un monoéster que consta de una molécula de ácido láurico unido al glicerol. El ácido láurico en sí es virucida y bactericida, pero estas actividades son aún mayores en la monolaurina. Los humanos metabolizan pequeñas cantidades de este compuesto a partir del ácido mencionado, pero se cree que la cantidad es baja, por lo que se requieren cantidades más altas que las que se obtendrían de una ingesta razonable de aceite de coco.
Existen otras fuentes de ácido láurico como el aceite de almendra de palma, la leche de cabra o la leche materna humana. Mientras que los aceites de coco y de almendra de palma contienen aproximadamente 48% de ácido láurico, las semillas de sandía y las nueces de macadamia incluyen cantidades minúsculas de este.
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Beneficios de la monolaurina
La monolaurina es efectiva contra una gran variedad de bacterias, virus, hongos, protozoos y parásitos. Sin embargo, no se ha demostrado que produzca resistencia antibacteriana ni tenga efectos adversos sobre la flora intestinal beneficiosa. Por estos motivos, puede usarse como una medida preventiva potencial durante la temporada de resfriados y gripe o puede ser tomado de manera continua por individuos susceptibles a infecciones y enfermedades recurrentes. Esto significa que puede ser positivo tener monolaurina cerca durante los largos, fríos y oscuros días de invierno.
De cara a la investigación publicada en la revista Molecules, la monolaurina podría ser efectiva contra las bacterias gram positivas (G +) y gram negativas (G−), aunque parece ser más poderosa contra los organismos G +. Los resultados del estudio cercioraron que la monolaurina exhibió actividad antibacteriana contra Streptococcus pneumoniae, Enterococcus faecalis y Campylobacter jejuni. Esta última, es una de las causas más comunes de intoxicación alimentaria y provoca la gastroenteritis más habitual en humanos. Cabe destacar que la monolaurina fue efectiva contra Staphylococcus, Streptococcus, Bacillus y varios otros organismos G+ con CMI relativamente bajas.
Además, los compuestos como este, que poseen propiedades antimicrobianas, exhiben sus efectos al alterar las membranas celulares bacterianas, causando la posterior desorganización celular. La investigación indica que la capacidad de los ácidos grasos de cadena media varía entre las diferentes cepas bacterianas. Esto explica por qué la monolaurina es más potente contra las cepas de G+.
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Declaraciones destacadas
Según el documento publicado en Molecules, “las bacterias G+ tienen paredes celulares compuestas de capas gruesas de peptidoglicano, mientras que las bacterias G− tienen una capa delgada de peptidoglucano y una membrana externa que está compuesta principalmente de lipopolisacáridos y proteínas”, han escrito los autores del estudio.
Por otra parte, los expertos han añadido que estos lipopolisacáridos están fuertemente conectados, lo que dificulta que las moléculas penetren en las membranas externas. “Esta podría ser la razón por la que las bacterias G- fueron menos susceptibles a la monolaurina que las bacterias G +”, han añadido.
Anteriormente apuntaron que la monolaurina también es efectiva para alterar las biopelículas bacterianas. Un estudio in vitro de mayo de 2019 mostró que las nanocápsulas de monolaurina redujeron significativamente la biomasa, las proteínas, el polisacárido y los organismos viables de Pseudomonas aeruginosa. A estas se suma la causa frecuente de infecciones adquiridas en el hospital, así como infecciones del tracto respiratorio en personas con fibrosis quística.
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Otros hallazgos y conclusiones
También se ha analizado el papel de este compuesto en la resistencia a los antibióticos en la producción de alimentos. Por ejemplo, la monolaurina añadida a la alimentación de pollos de engorde redujo el recuento de bacterias y el número de ovocitos de Eimeria spp, una causa común de infección parasitaria en pollos. Esto también puede causar infecciones en bovinos, ovinos y caprinos.
Como conclusión, los investigadores han declarado que “puede ser una alternativa prometedora para reemplazar los antimicrobianos convencionales utilizados en las dietas de los pollos de engorde”. Asimismo, podría ser efectivo en otros animales, en ese caso, un cambio gradual hacia este enfoque más natural podría beneficiar también a los humanos.
En resumen, las personas que disfrutan del aceite de coco pueden consumirlo sin temor a que su grasa saturada sea perjudicial para la salud cardiovascular. Por el contrario, si necesitas algo más potente para apoyar las defensas naturales del cuerpo, la mejor opción es suplementarse directamente con la monolaurina.
Referencias
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