Que la vida es una lucha permanente contra el envejecimiento y el paso del tiempo no lo duda nadie. Y no solo lo sabemos nosotros, las grandes corporaciones también. Gracias a esta idea, muchas empresas de marketing popularizan componentes, ingredientes, sustancias y todo tipo de polímeros químicos para convertir en tendencia determinados productos, a veces naturales y otras no tanto.
El uso de tecnicismos y palabras científicas en la publicidad se ha convertido en algo cotidiano. Términos como «pirólisis», «bifidus», «L-Casei», «PH Neutro», «electrolitos» se han viralizado debido a los anuncios publicitarios. No solo empleamos este lenguaje en nuestro día a día sino que, además, pensamos que todos estos complejos nos benefician. De hecho, la publicidad los populariza para dar la imagen de profesionalidad e investigación tecnológica en sus resultados. Con los famosos antioxidantes, no iba a ser menos.
La moda de los antioxidantes, ¿qué son?
El concepto «antioxidante» es una de esas palabras de moda que están presentes en muchos ámbitos de nuestra vida, a pesar de que muchas personas no comprenden muy bien su significado.
Automáticamente, entendemos que nuestro cuerpo necesita antioxidantes y que son buenos para nuestro organismo. Algunos incluso pueden nombrar algunos alimentos ricos en este componente pero… ¿por qué los necesitamos?
Un antioxidante es un componente bioquímico que se encuentra en algunos alimentos. Su función consiste en retrasar o detener el daño de las células, frenar su envejecimiento mediante la eliminación de toxinas. Durante la digestión de los alimentos, los antioxidantes se liberan de estos y viajan por el torrente sanguíneo para llegar a las células… pero aquí aparece otro concepto importante: los radicales libres.
Los radicales libres
En términos bioquímicos, los radicales libres son moléculas que se producen en el organismo y que son necesarias para cumplir algunas funciones biológicas. Sin embargo, debido a sus átomos y a su naturaleza, tienden a destruir la estructura de otras células, reproduciéndose y produciendo más radicales libres.
Los radicales libres están relacionados, de acuerdo a numerosos estudios, con el desarrollo de enfermedades crónico-degenerativas (como el cáncer, por ejemplo). Por ello, es muy importante que no se produzca una descompensación con los antioxidantes. Por su parte, el organismo lucha contra ellos mediante un sistema de defensa antioxidante producido por algunas enzimas que los combaten.
Stress oxidativo y cómo evitarlo
Cuando los radicales libres superan en cantidad a las defensas antioxidantes es cuando surge el denominado «stress oxidativo». ¿Qué ocurre luego? Es cuando se desata el proceso degenerativo, pues cada vez son más las células sin defensa antioxidante.
A raíz de aquí es cuando se pueden desencadenar determinadas enfermedades como el envejecimiento prematuro, afecciones cerebrales, algunos problemas cardiovasculares o, incluso, ser un factor de desarrollo de cáncer.
En este sentido, hay que tomar conciencia y actuar en consecuencia. Son muchas las marcas que ofrecen sus productos como antiedad, antienvejecimiento o antioxidantes. Aquí es donde hay que realizar un estudio de mercado y una investigación exhaustiva para mantener una dieta equilibrada que realmente incorpore alimentos antioxidantes naturales, como este estudio realizado en base a la dieta española.
Aún así, está en nuestras manos impedir el desarrollo del stress oxidativo llevando una vida lo más saludable posible. Consumir té verde para eliminar toxinas y depurar el organismo, practicar deporte con frecuencia, evitar grasas saturadas… son algunos de los hábitos necesarios para tener una calidad de vida mejor y garantizar una defensa antioxidante óptima.
¿Y si fumo?
Fumar, en este caso como en todos, también es perjudicial para la salud. Si de por sí nuestro organismo tiene que hacer frente a los radicales libres, que se liberan naturalmente en el cuerpo, imagina lo que supone ingerir toxinas y sustancias tóxicas como el tabaco por nuestra propia voluntad. Si crees que es difícil, por ahora, que dejes de fumar, prueba a vapear para ir reduciendo la cantidad de toxinas perjudiciales en tu organismo.
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