Muchos productos, como los congelados o las frutas y verduras frescas, corren el riesgo de perder sus propiedades y de estropearse desde que salen del origen hasta que llegan a nuestra casa, lo que puede causarnos graves problemas de salud, donde las intoxicaciones son los problemas más frecuentes. Es por ello que el transporte de alimentos es uno de los factores que más influye en la calidad de la salubridad de nuestra comida y es una pieza clave para evitar la proliferación de bacterias y otras sustancias nocivas.
Así es como deben transportarse alimentos congelados y perecederos
Para regular el transporte de alimentos y bebidas existen normas muy estrictas que toda empresa de transporte debe cumplir para garantizar la seguridad del producto y del consumidor final. Estas leyes técnico sanitarias profundizan tanto en el tipo de vehículo que debe transportar cada tipo de mercancía como en la condiciones y temperaturas en las que deben mantenerse los alimentos para garantizarse su seguridad alimentaria.
Pescados, moluscos y crustáceos congelados
A -18 ºC. Sin congelar, a 6ºC y envasados siempre en hielo fundante.
Leche
Cruda o pasteurizada, destinada al consumo inmediato a 4 ºC, la leche industrial a 6 ºC.
Productos lácteos
Yogur, kéfir, crema, nata y queso fresco a 4 ºC. La mantequilla, a 6ºC.
La carne
Blanca (ave de corral y conejos) y productos de caza a 4 ºC. Otras carnes, a 7ºC.
Estas temperaturas que establecen cómo deben conservarse cada alimento no solamente deben aplicarse al momento de transporte; sino que en nuestro hogar también debemos de continuar con la cadena de frío de los alimentos.
¿Y qué pasa con los productos secos?
En este sentido también se incluyen aspectos clave, como transportar únicamente un producto junto a otros que se consideran compatibles en materia de temperatura y humedad; o como asegurar la trazabilidad completa.
Transportes específicos para cada producto
Conociendo todas estas singularidades de cada producto parece obvio pensar que no todo los vehículos son apropiados para mantener la temperatura y condiciones necesarias para mantener los alimentos en condiciones inocuas y aptas para su consumo, tanto desde el punto de vida legal como de la salud. La ATP establece los siguientes modelos de vehículos de transporte:
Isotermo
Consta de cajas con paredes, puertas, suelos y techos aislantes que limitan el intercambio de calor entre el interior y el exterior.
Refrigerado
Vehículo isotermo que reduce la temperatura interior de la caja vacía por medio de una fuente de frío.
Frigorífico
Vehículo refrigerado que permite mantener el interior en una temperatura permanente de entre 12 ºC y -20 ºC, con una temperatura media exterior de 30°C.
Calorífico
Vehículo isotermo provisto con sistema de producción de calor que eleva la temperatura interior y la mantiene durante doce horas.
Gracias a todo el control y proceso del transporte de alimentos, como consumidores, podemos disfrutar de la garantía de que los alimentos que llegan hasta nuestras manos en el punto de venta cuentan con las condiciones higiénicas adecuadas para su consumo, sin importar cuál sea su origen.
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