Mi abuela materna se llamaba Virginia….
Vivió la España de la Guerra Civil y comió de lo que daba la tierra y el corral de la familia, cuando las tiendas eran comercios donde se vendían algunas legumbres y cereales a granel y no existían los alimentos envasados ni las etiquetas de ingredientes.
¿Comía mejor mi abuela que yo?
- Comía más sencillo
- Tenía menos dudas a la hora de elegir
- Comía menos cantidad. Y hasta alguna vez se quedaba con hambre (Ayuno)
- Comía de estación (con la energía que acompañaba a su organismo cada momento del año)
- No comía nada que no creciera o se produjera en el Mediterráneo. Alimentos de proximidad (No vio un mango, una papaya o un lichi en su vida…)
- No se alimentaba con nada refinado ni procesado (No hubiera sabido qué hacer delante de un bote de tallarines chinos listos para calentar en microondas y servir)
- Probaba el azúcar solo una vez o dos al año (en las fiestas)
- Y carne, solo en las matanzas (y como condimento del plato, no como argumento principal)
Bien. No quiero idealizar. Seguramente ella soñaría con tener una de nuestras despensas, siempre repletas. Y tiendas con miles de referencias.
Hemos ganado mucho en variedad y en cantidad
Pero hemos perdido en naturalidad
En comer los alimentos tal y como proceden de su origen, y en frescura. A veces atraviesan de una punta a otra del Planeta, tardamos hasta 2 meses en tomarlos y se radian o añaden compuestos químicos para su conservación)
Hemos perdido en nutrientes
A consecuencia del abuso de productos fitosanitarios que aumentan las cosechas pero reducen vitaminas y proteínas presentes en ellos
Y sobre todo, hemos ganado en tóxicos
Y esta es una ganancia negativa que nos ha llevado al origen de muchas enfermedades. Y cuando digo tóxicos me refiero a todo aquello que se añade a los alimentos, desde el mismo momento de su producción, y que nuestro organismo, nuestro sistema digestivo y nuestro hígado no reconocen. Pesticidas, herbicidas, metales pesados, conservantes, colorantes, antioxidantes…aditivos que desajustan nuestra salud.
Y toda esta nueva forma de nutrirnos, basada en cocinar poco o nada, comer en exceso (tanto en cantidad como en calorías), no respetar la regla del 80% vegetal-20por cien animal, elegir productos refinados, abusar del azúcar y de otros productos acidificantes, nos ha llevado a un desorden alimenticio que es puerta de entrada de enfermedades que, con el tiempo, se convierten en problemas crónicos y en diagnósticos de difícil resolución.
Comer como mi abuela Virginia, cocinando de forma sencilla, alimentos íntegros, lo menos envasados posibles, y a ser posible cultivados de forma ecológica, ya sería una buena hoja de ruta para retomar la salud desde LO QUE COMO.
Te esperamos en la edición de Biocultura Valencia, el viernes 29 de Septiembre, a las 10:30 h. en la Sala Verde, dónde te presentaremos:
-Cáncer, alimentación y emoción: una visión diferente.
Ven y descubre «Las 3 claves que cambiarán tu vida»
-Lo que siento: con Jaume Campos
-Lo que como: con Mercedes Morales
-Lo que soy: con Juan Serrano
Índice de contenidos