Si tienes un perro habrás pensado que únicamente le falta hablar. Y es que son muy eficientes en su comunicación, de hecho, no necesitan hablar para expresarse. Como tutores de nuestros animales, nos vemos en la necesidad de saber descifrar sus señales, para tener un mayor entendimiento de cómo se siente.
Aunque nos parezca increíble, nuestros perros emiten señales todo el tiempo, y nos están comunicando que sienten incomodidad, miedo, inseguridad, que están felices, o que prefieren que te relajes. Estas señales son muy sutiles, pero muy efectivas.
Tanto los perros como las personas emitimos señales constantemente, algunas veces de manera intencionada, donde queremos mandar un mensaje para que sea recibido por el receptor, como de manera no intencionada, donde no hay una vocación de emitir un mensaje, aunque sí enviamos información.
Centrándonos en aquellas señales que los perros emiten intencionadamente, y de forma visual, dejando a un lado las de forma química, táctil y vocal, podemos hablar de tres grupos principales: señales afiliativas, señales de apaciguamiento y señales de amenaza.
Señales afiliativas
Estas señales son las que emite un perro de forma positiva cuando quiere interacción con otro individuo, perro o humano, y son señales que buscan la cohesión social. Cada perro tiene sus propias técnicas, pero estas señales podrían comprender el tocarte con la pata, levantar tus manos con el hocico, hacer la reverencia invitando al juego, ciertos movimientos de cola, subirse encima de ti, saltarte, apoyarse lateralmente contra tus piernas, entre otras.
Son señales, que al igual que el resto, son muy evidentes, pero para las personas las señales afiliativas son mucho más claras y solemos reconocerlas bien.
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Señales de apaciguamiento
Cuando un perro detecta cierta tensión en el ambiente, es muy posible que busque relajar esa tensión mostrando una conducta que incite al sosiego. Puede suceder cuando se cruza con otro perro en el parque, o cuando llegas a casa malhumorado. Por norma general, los perros buscan una solución a los problemas antes de llegar al conflicto, y cuando ven a otro perro en posición tensa, tratan de comunicarse con su cuerpo y con sus gestos tratando de decirle: “Ey, no pasa nada, solo quiero ser tu amigo”. Para ello verás que los perros pueden caminar despacio hacia el otro perro, acercándose de forma circular, bajando la nariz al suelo, relamiéndose, desviando la mirada, o incluso echando las orejas hacia atrás…. Todas estas conductas son las que puede realizar un perro educado al acercarse a un desconocido en el parque.
Estas señales se confunden de forma muy habitual con “la culpa canina”. Llegas a casa y ves un cojín destrozado, riñes a tu perro y éste viene hacia ti con las orejas hacia atrás, el cuerpo contraído, relamiéndose y con la mirada blanda. Este tipo de conductas en humanos se asocia a la culpa, y por ello muchas personas piensan que su perro se comporta de ese modo porque sabe lo que ha hecho, pero nada más lejos de la realidad. Tu perro percibe tensión, que llegas alterado, y está tratando de apaciguarte.
Las señales de apaciguamiento pueden presentarse en otros muchos escenarios: cuando estás tocando a un perro que no quiere que le toques, en la peluquería, en el veterinario… por poner algunos ejemplos.
Señales de amenaza
Cuando un perro siente que las señales de apaciguamiento no son suficientes, puede emitir ciertas señales de amenaza antes de pasar a la agresión. Estas señales de amenaza son también muy bien reconocidas: tensar el cuerpo, poner la mirada dura con ojos en forma de ballena, mostrar los dientes, retraer los belfos, gruñir e incluso marcar llegado el momento.
Es importante recalcar que estas señales no son agresivas, sino mediadoras, avisan antes de actuar. Por eso si un perro nos lanza cualquiera de estas señales lo que tenemos que hacer es darnos media vuelta, de lo contrario, cualquier cosa podría pasar.
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El movimiento de la cola
Una de las mayores confusiones que existen respecto a la comunicación en los perros es la de que menear la cola es sinónimo de felicidad, y esto no tiene por qué ser así. El movimiento de cola puede significar una gran variedad de cosas, y en ella nos fijamos para saber si un perro tiene o no buenas intenciones.
La posición de la cola puede indicarnos desde seguridad, confianza, relajación, o miedo en función de si la cola está elevada, en posición horizontal, baja o entre las piernas. Pero la rapidez del movimiento, incluso la amplitud y dirección de éste, también nos puede indicar si es mejor dejar al perro en paz, o podemos acercarnos.
Un perro que coloca la cola como un escorpión y la ondea suavemente como una bandera, es una señal para que nos demos media vuelta, mientras que un perro que la agita ampliamente hacia su lado derecho, puede significar que quiere contacto con nosotros. Esto ha sido estudiado por científicos de la Universidad de Trento en Italia.
Cómo has podido ver, simplemente con el movimiento corporal ya podemos deducir muchas cosas de la comunicación canina. Te animo a que observes a tu perro, descubras qué te está contando, y que por supuesto entiendas que esto no son matemáticas, que todas las señales dependen de un contexto, y del individuo en particular. Por ello aprender Lenguaje y Comunicación Canina es algo más que recomendado cuando decidimos adoptar a un perro.
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