Cada vez la sociedad está más concienciada de un consumo sostenible de las prendas de ropa. Renovar constantemente nuestro armario supone una irresponsabilidad ecológica. Hay estudios que indican que utilizamos siete veces las prendas antes de desecharlas. Tenemos que acostumbrarnos a comprar solo lo que necesitamos.
Cada año los vertederos de todo el mundo incineran 12 millones de prendas cuyas emisiones de CO2 contribuyen al efecto invernadero. Hay estudios que indican que por cada kilo de ropa incinerada se genera 1,36 kilos de CO2. Según la ONU, la industria textil genera más emisiones de carbono que todos los vuelos y trayectos marítimos internacionales juntos. La producción textil es la culpable del 20% de las aguas residuales de todo el planeta y del 10% de eemisiones de CO2.



Los/as influencers contribuyen a producir más de lo que consumimos
Las modelos influyentes en redes sociales no paran de exhibir modelos nuevos. Buscan que sus seguidores compren más ropa y complementos innecesarios.
Las fábricas producen 62 millones de toneladas de ropa. La industria de la moda lleva un ritmo que el medioambiente no pueden aguantar. Hay que tener en cuenta el daño de la ropa no vendida y la que ya no nos ponemos. Hay informes que dice que se devuelven un 30% de todas las prendas compradas online. También conviene acabar con la práctica del “wardrobing”, comprar algo, ponérselo y devolverlo después.
Los influencers deberían deberían unirse al movimiento «no-buy year», no comprar ropa durante un año. Es bueno acostumbrarse a encontrar soluciones creativas en caso de «necesitar» alguna prenda. El truco está en comprar mejor y valorar más lo que tenemos en los cajones.
La ropa de usar y tirar puede acabar con el planeta
Comprar un pantalón por 9 euros no es consumo sostenible ya que no será muy duradero. Estamos acostumbrados a adquirir prendas a precios muy competitivos, de baja calidad y vida corta. Compramos más cantidad que calidad. La poca transpiración del tejido y la degradación del color tras los lavados contribuyen a la cota vida de las prendas. Las camisetas 100% de algodón son más duraderas.
Contrastando datos se ha multiplicado la ropa que tiramos a la basura. A mediados de siglo se desperdiciaban más de 1.700 toneladas de ropa, en 2015 eran más de 16.000. Aunque también se han multiplicado de 50 a cerca de 2.500 las toneladas de ropa reciclada.
Soluciones para conseguir un consumo sostenible
Las firmas de moda son muy criticadas por la excesiva ropa no vendida. Por ello, firmas como Zara han reaccionado y han prometido utilizar solo tejidos 100% sostenibles para 2025. Por su parte, Burberry se ha comprometido a dejar de incinerar ropa y de utilizar pieles animales. Levi’s creó una nueva forma de hacer vaqueros llamada «Water Less», reduce el uso de agua en el proceso hasta en un 96%. En un año lograron ahorrar 1 billón de litros de agua. Nike también anuncia que producen el 75% de sus productos con algún material reciclado. La línea H&M CONSCIOUS busca la sostenibilidad en la industria de la moda. Presumen de valores éticos, ecointeligentes y de un mayor reciclaje durante la fabricación de las prendas.
Naciones Unidas señala la producción masiva como principal problema y reclama un cambio de paradigma que pase adaptar la producción al consumo sostenible y termine con la precarización laboral en los países en vías de desarrollo.
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