El estudio realizado en la Escuela de Salud Pública de la Universidad de California analiza distintas barras y brillos de labios utilizados por mujeres jóvenes, en concreto su contenido en elementos tales como: plomo, aluminio, cadmio, cobalto, cobre, manganeso, níquel y titanio.

A sabiendas que una mujer que se aplique estos cosméticos literalmente “come” pintalabios (alrededor de 3 kilos a lo largo de su vida), los autores del estudio estiman las ingestas diarias potenciales y las comparan con directrices de salud existentes.

Pintalabios. Niveles elevados de metales tóxicos

Los resultados evidencian que la mayoría de los pintalabios ensayados contienen niveles elevados de metales pesados y que la ingesta estimada de cada uno de ellos es superior a la que sería admisible. La ingesta es mayor si la mujer se aplica con mayor frecuencia el pintalabios, lo cual agrava el problema.

Los metales son componentes naturales de la corteza terrestre que tienen una función muy importante para los seres vivos. Sin embargo, pueden actuar también como potentes tóxicos, en función de varios parámetros, tales como la vía de exposición, la dosis absorbida,…

Además también pueden ser cancerígenos. La Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC), ha incluido en el grupo de posibles y probables agentes cancerígenos en humanos a varios de ellos, como el cadmio, el que precisamente para una ingesta media (no elevada) superaría en más de un veinte por ciento la que sería admisible. Otro metal con conocidas implicaciones cancerígenas, el cromo, supera el 68% de la ingesta admisible.

En las notas de prensa aparecidas en varios periódicos españoles que he consultado suele coincidir la conclusión acerca de la cual los autores del estudio creen que no es necesario tirar el pintalabios en la basura, pero la cantidad de metales que se encuentran hacen indicar la necesidad de una mayor supervisión de los reguladores de salud.

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Sin embargo, cuando accedo al artículo original y lo leo con detenimiento se aprecia que aporta mucha más información que no tiene nada de desperdicio. Una traducción aproximada a las conclusiones de los autores es la siguiente:

“Nuestros datos indican la necesidad de realizar más estudios para evaluar las concentraciones de metales en productos labiales, así como otros productos cosméticos, y su relación con los riesgos potenciales para la salud. Además del plomo, metales tales como aluminio, cadmio, cromo y manganeso requieren investigación adicional. 

La seguridad de los cosméticos debe determinarse no solo por la presencia de contenidos peligrosos, sino también mediante la comparación de exposiciones estimadas con los estándares basados ​​en la salud. Este estudio preliminar del contenido de metales pesados de 32 productos labiales sugiere que los metales tóxicos en cosméticos deben ser reguladas para proteger la salud de las mujeres en los Estados Unidos, como ya se ha llevado a cabo por la Unión Europea a través de su Directiva sobre cosméticos.

Cada uno que saque sus propias conclusiones, pero a mí personalmente me produce cierta intranquilidad (por decirlo de alguna manera).

Para finalizar, si fuese un poco “cabroncete” formularía algunas preguntas del estilo:

Los metales tóxicos analizados que se encuentran en concentraciones superiores a las deseadas, ¿los podría incorporar a mi organismo, en esta caso al de la mujer, por otras vías de exposición, tales como el agua potable, ducha, inhalación, ingestión a partir de alimentos…?. En ese caso, ¿cabría suponer que las concentraciones reales en mi organismo de tales tóxicos serían superiores? ¿Hay estudios de seguridad concluyentes al respecto? ¿La Directiva Europea a la que hace referencia el artículo, tiene en cuenta todo lo dicho anteriormente?

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Haría más preguntas pero como no quiero ser “cabroncete” no las formularé.

Lo que si hago es, al menos a las personas con patología tumoral a las que brindo consejo, plantearles el principio de precaución y prudencia y desdecir lo que según algún medio de comunicación pone en boca de los investigadores: “que no es necesario tirar estos productos a la basura”… ¡salvo que con esta acción también contaminen el medio ambiente!

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  • Licenciado en Ciencias Biológicas, especializado en Bioquímica y Biología Molecular por la Universidad de Valencia.
  • Analista en el Instituto Valenciano de Oncología (I.V.O)
  • Autor de los libros: Cancer: un enfoque bio-lógico y Poder anti-cancer
  • Divulgador científico sobre temas de Medicina y Oncología Integrativa.
  • Miembro fundador de la Sociedad Española de Salud y Medicina Integrativa (SESMI).

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