¿Eres de los que quieren aprender a estar solo? La soledad no deja indiferente a nadie, unos lo asocian con sentimientos de aislamiento, aburrimiento, tristeza, desilusión mientras que para otros supone momentos de tranquilidad, interiorización y reflexión. La soledad puede generar emociones distintas, dependerán de la historia de aprendizaje vital que tengamos cada uno.
No es lo mismo estar solo que sentirse solo
No es lo mismo sentirse solo que estarlo, a veces existe una necesidad de aprender a estar solo, una soledad deseada o buscada y diferente de la impuesta o no controlada. Cada vez las generaciones vivimos más años, lo que supone un envejecimiento de la población, cambios en las relaciones sociales, aumento de familias con un solo hijo, cada vez hay más personas que prefieren vivir solas que mal acompañadas. Sin embargo, no es lo mismo estar solo, que sentirse solo.
La soledad suele ser una experiencia desagradable pues supone una disminución de las relaciones sociales. Vamos a distinguir entre personas solas por elección, los que están solos por incapacidad de contactar con otros y la soledad positiva, cuando necesitamos estar solos para desconectar y enriquecernos en un momento determinado.
Hay personas que se encuentran físicamente solas pero no experimentan ningún tipo de sentimientos de soledad, viven felices, es una forma de vida voluntaria, prefieren estar solos a estar con otras personas. Luego existe otro estado de soledad donde la persona desearía contactar con los demás, pero es incapaz de hacerlo, en este caso la inseguridad aumenta el círculo vicioso de la soledad. Estas personas suelen sentirse inútiles, faltas de ánimo y depresivas y por ello casi siempre reciben muestras de rechazo.
También existe una soledad positiva, es aquella que experimentamos todos, la necesidad de estar solos para fortalecernos y pensar, para cargarnos las pilas, promover la creatividad y conectar con uno mismo.
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Aprender a estar solo y disfrutar de tu propia compañía
Antes de cambiar cualquier comportamiento, primero tenemos que tener claro para qué queremos hacerlo y por qué estas acciones van a mejorar nuestra vida. Relacionarnos con los demás y disfrutar de su compañía es algo muy beneficioso que debemos cultivar, la finalidad es saber elegir cuándo me beneficia estar solo y cuándo acompañado.
Aprender a estar solo, hacer cosas solo no significa no tener amigos, tener una vida social saludable y activa es perfectamente compatible con tener aficiones en solitario. De hecho, tener tiempos de descanso y desconexión nos prepara para disfrutar mejor de nuestras interacciones sociales. Los psicólogos recomiendan tener hobbies al margen de nuestra pareja, para aportar más a la relación y que esta no consuma todo nuestro espacio. Muchas personas prefieren hacer ciertas actividades en solitario como pasear o senderismo porque así pueden disfrutarlo más, ir a su ritmo.
Lo primero que podemos hacer es dedicarnos cada día 15 minutos de un clima agradable, tranquilo, sin prisas, con música, ropa cómoda, sin tener muchas tareas pendientes que hacer a continuación. Los tiempos de descanso y disfrute son necesarios e incluso te ayudarán a ser más productivo durante tu tiempo de trabajo u otras obligaciones. Dedicar el tiempo libre a las obligaciones puede conducirnos a deprimirnos y agotarnos mentalmente, así que mejor descansa y disfruta de la vida.
En segundo lugar, busca actividades en solitario que te gusten, que te hagan disfrutar, pueden ser pintar mandalas, bricolaje, lectura, pintura, juegos, ir al cine a un concierto de música o a lo mejor te gusta ir a un spa para cuidar tu cuerpo, existen infinitas posibilidades. Selecciona aquellas actividades que te apetezca más hacer, que más te hagan disfrutar. En soledad, una de las más recomendadas, es la meditación, una forma de autoconocimiento, de autoaprendizaje, de calmar el barullo de la mente, centrarte en el «aquí y ahora» y olvidarte un rato de las preocupaciones cotidianas.
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Beneficios de la vida en soledad
Aprender a estar solo y la vida en soledad aportan muchos beneficios, ayuda a que nos cuidemos, que llenemos ese vacío emocional, la soledad aporta mucha libertad que puedes utilizar en tu propio beneficio. También madurarás como persona, estando solo puedes pensar con más claridad y profundidad en tus problemas y sus soluciones, conocerás de raíz tus problemas y así podrás solucionarlos con tus propios medios y nunca dependerás de nadie.
Aunque llegues tarde a casa pregúntate si estás contento con lo que haces en tu vida, si te gustaría cambiar algo, cuáles son tus objetivos, son cuestiones trascendentes que nos permitirán conocernos mejor. La soledad es una forma de desconectar del estrés diario y aparcar nuestros problemas que puede aportar muchos beneficios.
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