Hoy en día la Espiritualidad es un término muy ambiguo y encontrar elementos espirituales relativamente confuso. Hay definiciones para todos los gustos. Desde una concepción teísta más radical hasta una suave indefinición vacía.
Creo importante destacar que la Espiritualidad no es un concepto abstracto del que hablar, analizar y concluir algo de ello. La Espiritualidad es una vivencia, una realidad que todos sentimos y podemos experienciar.
Todos nos preguntamos por nuestra vida, qué sentido tiene, para qué vivimos, de dónde venimos y si hay algo más allá en el tiempo y en el espacio. Dar la cara y enfrentarnos a estas inquietudes desde nuestro Interior como experiencia no racional, es lo que se puede llamar Espiritualidad.
Elementos espirituales
Me gustaría dejaros cinco elementos espirituales, imprescindibles para desarrollar nuestra Espiritualidad:
Perdón
El primero de los elementos espirituales es, sin duda, el perdón. Desde mi experiencia como Psicólogo-Coach, he tenido muchas veces la oportunidad que ver el proceso de liberación que vive una persona cuando se perdona, perdona y se siente perdonado. Es una de las sensaciones más liberadoras.
Todos tenemos un pasado en el que hay “sucesos” que no nos gustan y nos hacen sentirnos culpables. Cuando decidimos aceptarlo y perdonarnos como seres en continuo aprendizaje que somos accedemos a la liberación del perdón.
En ese momento entendemos al “otro” y le perdonamos y podemos sentir su perdón.
Agradecimiento
Nuestro piloto automático nos hace comportarnos continuamente en modo “queja”. O hace mucho calor, o el coche se ha estropeado o los políticos son unos ladrones. Vivimos reclamando unos derechos ante unas realidades que no aceptamos.
Si cambiamos la mirada, podemos descubrir un nuevo mundo. Descubrimos que no tenemos derecho a respirar, sino que es algo que se nos ha dado. Ante nuestra muerte podemos estar agradecidos por la vida que se nos ha dado.
Vivir agradecidos y agradeciendo nos hace sentir la vida más intensa y profundamente.
Dios/Divinidad
Hay tantos Dioses como almas en el mundo. Al menos, tantos conceptos de Dios como mentes. De aquí surge la cantidad de nombres que existen: Dios, Yahvé, Ala, Tao, Energía, Todo, Universo, Naturaleza…
Independientemente del nombre, sentir y/o vivir la divinidad es algo subjetivo, personal y único. Necesitamos las palabras para expresarlo y darlo a conocer y bajo estas palabras está nuestra experiencia.
La Divinidad en nosotros nos hace darnos cuenta de que somos algo más que cuerpo y mente, ver esto nos otorga también descanso espiritual. Repito, llamémosle como queramos, pero estamos hablando de una sensación que todas las personas podemos sentir. El aceptarla y reinterpretarla depende de nosotros.
Amor
De los elementos espirituales el que más brilla. El Amor no solo puede referirse a Dios. El Amor en su sentido más humano es una vivencia de todas las personas. Desde que nacemos sentimos los abrazos y besos de nuestros padres y familiares. Crecemos y nos enamoramos y enamoramos.
En todo este transcurrir vivimos una gran cantidad de situaciones cargadas de sentimientos de Amor. Los abrazos cuando éramos niños, los besos que damos a nuestros padres ancianos, las pasiones que vivimos con nuestra pareja.
Si estamos alerta, todas estas expresiones de Amor nos engrandecen y ensanchan el alma. Nos hacen crecer y ser más humanos. Nos dan un sentido en la vida haciéndola más plena y meritoria de vivir.
Humildad
Quizás el elemento más importante para nuestro Desarrollo Espiritual. La Humildad nos aceptar la realidad, no la que vemos o interpretamos, sino la que vivimos en nosotros, la que vivenciamos e intuimos.
Esta aceptación puede estar condicionada por muchos intereses sociales, políticos… más en nuestro interior tenemos una Sabiduría que nos ayuda a ver más allá de esos elementos manipulables; es cuestión de sentirla.
Te animo que a tu primer paso sea aceptar sin resistir, luego lo modificarás, pero el primer paso: ACEPTA con Humildad.
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