¿Sabes cómo nos enferman “Los Amos del Mundo”? Por medio de ilusiones. Ilusiones sobre lo que Yo Soy y sobre lo que Dios es, fundamentalmente.
Erich Fromm, en su libro “El miedo a la libertad” explica como la idea fomentada por el luteranismo y por el calvinismo, de que el ser humano estaba condenado por ser un pecador y que no podía hacer nada para salvarse, creó tal sentimiento de impotencia y de baja autoestima en la gente, que cuando llegó el nazismo diciéndoles que eran superhombres, se abrazaron a él cual náufrago a una tabla. Actualmente los gobiernos introducen en la gente, y sobretodo el [email protected] niñ@s, la idea de que son “portadores asintomáticos”, que es otra forma de crear un sentimiento de culpa, en sustitución del ser pecador. Nos hacen introyectar la idea de que podríamos ser responsables de contagiar a nuestros familiares, amigos, seres queridos, etc., y por ello hemos de adoptar medidas irracionales que van contra nuestras necesidades fisiológicas, tales como respirar aire puro o contra nuestras necesidades afectivas, tales como abrazar o besar, incluso contra nuestras necesidades intelectuales, como comunicarnos. De todo lo cual se deriva una enfermedad social real denominada “estado de alarma”, porque es eso lo que nos crea, un estrés permanente, ansiedad que a algunas personas las conduce al suicidio.
La alteración de la idea de lo que soy genera neurosis, que no es sino el esfuerzo por ser alguna otra cosa. Vivimos en una sociedad de apariencias, porque la gente se esfuerza por aparentar que es algo que no es. Y esto es así porque al crearles una falsa idea de sí mismos, huyen aterrados de lo que creen que son: inútiles, vagos, irresponsables y ahora además enfermos.
La alteración de la idea de lo que Yo Soy se complementa con la alteración de la idea de lo que Dios Es. Desde la psicología, hoy gracias fundamentalmente a Carl Gustav Jung, podemos imaginar que Dios es la totalidad de la Psique, ya que al descubrirnos el Inconsciente Colectivo, nuestra idea de Psique trasciende la individualidad, y crea una base para el desarrollo de la Psicología Transpersonal, aunque estas dimensiones ya fueron exploradas en Oriente por los místicos de las filosofías Vedante y Zen. También la Física Cuántica nos aporta su contribución al concepto de Dios, al revelarnos el “Campo Fuente”, esa red de energía de donde todo surge y a la cual todo vuelve y que lo compenetra todo. Pero estas aportaciones no les llegan a la mayoría de las personas, muchas de las cuales o viven ancladas en la idea del “Dios Sufriente” promulgada por el catolicismo, o en la moderna idea de el Nuevo Orden Mundial, con sus instituciones internacionales como la OMS, el Banco Mundial, la ONU, la OTAN, que nos envían pandemias, tal y como en el Antiguo Testamento, el Dios de Abraham envió sus plagas sobre Egipto. Estos falsos conceptos generan enfermedad desde una dimensión existencial, dando síntomas como la sumisión, la impotencia, la superficialidad, el consumismo, una cultura decadente y una civilización insolidaria y mezquina.
La cura por tanto pasa por recuperar el sentimiento existencial de ¿Quién Soy Yo? y de ¿Quién o qué es Dios? y a partir de ahí generar nuevas relaciones humanas y nuevas relaciones con la Naturaleza. Que el ansia por acumular cosas materiales sea sustituida por el placer de disfrutar de nuevas y profundas amistades. Y que la relación de explotación hacia la Naturaleza sea reemplazada por una actitud de cuidado y gestión afectiva de nuestros hermanos en la evolución, que dé lugar a ecosistemas en los que los humanos convivamos en armonía con el resto de especies.
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