Mindfulness y la adaptación al Cambio. El concepto de estrés sugiere que continuamente nos enfrentamos a la necesidad de adaptarnos a las distintas presiones que la vida nos impone, es decir, de adaptarnos al cambio. Estar vivo significa estar en un continuo proceso de cambio. Nosotros también evolucionamos. Atravesamos cambios y transformaciones a los que resulta difícil asignar un comienzo y un final. Además el ser humano es consciente de la inevitabilidad del cambio y de su muerte.
Aunque muchos de los cambios vitales de la vida sean positivos. Por ejemplo casarse, ascender o un logro personal sobresaliente, pueden requerir adaptaciones que sean, en consecuencia, estresantes. Y hay que decir también que no son solo los grandes hitos de nuestra vida los que nos obligan a adaptarnos. Cada día, lo queramos o no, nos enfrentamos a obstáculos. Acontecimientos que se mueven en un rango que va desde triviales hasta moderadamente importantes. Los cuales, si perdemos la perspectiva y el equilibrio mental cuando más los necesitamos, acaban generando problemas donde antes no los había.
Capacidad para adaptarnos al cambio
El efecto último del estrés sobre nuestra salud depende, en gran medida, del modo en que percibamos las distintas formas del cambio. También de la capacidad para adaptarnos al cambio continuo manteniendo el equilibrio interno y la sensación de coherencia. Y esto, a su vez, depende del significado que atribuyamos a los acontecimientos, a nuestras creencias sobre la vida y nosotros mismos. Muy en especial, de la conciencia que tengamos de nuestras reacciones, habitualmente automáticas, cuando nos tocan algún punto que nos saca de nuestras casillas.
Bibliografía: “Vivir con plenitud las crisis” de Jon Kabat-Zinn