¿Has tenido alguna relación a distancia? ¿O con alguien mayor que tú? ¿O de otro país?
Cuando se ama de verdad, las diferencias no importan y la distancia mucho menos. Pero estamos tan acostumbrados a que nos lo den todo hecho, (y esto cada vez va a peor) que cualquier pequeña diferencia nos puede parecer un mundo. Sin embargo, hay maneras de contemplar las diferencias en tu relación de forma mucho más positiva, y además puede servirte de aprendizaje.
En mi última novela “Tras Estrasburgo (Colección Mil amores)” se unen casi todas las diferencias posibles en una única historia de amor: edad, país, cultura, idioma… Pero cuando es amor de verdad, ninguna diferencia puede acabar con ello.
Edad diferente = Experiencia diferente
Solemos ver parejas de diferentes edades en lugares ajenos a nosotros como Hollywood o la televisión. Pero la realidad es que el mundo y la sociedad en general es cada vez más abierta respecto a la diferencia de edad en el amor. Y no solo con hombres, sino ya también con mujeres. Tenemos algunos ejemplos en política, lo cual, acerca un poco más esta realidad a la nuestra. Ya no solo las estrellas femeninas del cine pueden permitirse el lujo de estar con un hombre más joven, o al revés, con uno que les dobla la edad. Y tampoco estamos obligados, por nuestro entorno, a tener que aceptar una relación solo con alguien de nuestra edad.
Podemos elegir, aunque en realidad, cuando nos enamoramos, quien elige es nuestro corazón, pero conscientemente podemos decir sí, porque no tenemos que respetar ninguna absurda regla que contradiga esto. Y lo mejor es que cuando tenemos una relación con alguien que no tiene nuestra edad, la oportunidad de tener experiencias nuevas y distintas, se abre como una puerta, pues seguramente no nos van a gustar las mismas cosas, ni tampoco vamos a disfrutar de las mismas actividades, y esto conlleva que nos abramos a un mundo nuevo que puede resultar muy enriquecedor.
Cultura diferente = apertura mental
Podemos estar con alguien de otro país, e incluso de otra cultura, religión, idioma, etc., y el aprendizaje que nos regala este tipo de relación es, sin duda, muy positivo, lo mires como lo mires. Claro que, no estará exento de complicaciones, sobre todo al principio, mientras las dos personas se van conociendo y van aprendiendo sobre sus diferentes pasados, presentes, y seguramente también futuros. Sobre sus familias, tradiciones, experiencias vividas, etc. Pero todo esto es casi mejor que cuando viajas, porque te introduce directamente en la cultura de tu pareja, de una forma que, como turista, nunca habrías podido vivir.
Distancia = amor verdadero
Siempre se habla de lo difíciles que son las relaciones a distancia, y lo son, pero ¿acaso no es difícil también la convivencia? No podemos aceptar, sin más, esa opinión, puesto que una relación a distancia trae consigo muchos regalos que la convivencia no tiene. Por ejemplo, el hecho de que siempre estás deseando ver a esa persona, ya que no puedes verla todo el tiempo que te gustaría, convierte la relación en un principio continuo, como si siempre fuera la primera vez.
Divertido, ¿verdad? Y cuando por fin os veis, es como si explotara un castillo de fuegos artificiales. Esto es positivo, pero irá desapareciendo por culpa del tiempo y de la costumbre, cuando convivas con esa persona, así que disfrútalo mientras puedas.
Nada es eterno, en algún momento decidiréis vivir juntos, por eso, mientras sigáis separados tenéis que exprimirlo al máximo. Y aunque también tiene cosas negativas, por ejemplo, os echaréis mucho de menos y no estaréis en algunos momentos importantes de la vida del otro, no significa que la relación sea imposible. La única regla, si es que hay alguna en una relación a distancia, es el respeto y la confianza. Dos virtudes que no pueden ir, una sin la otra, porque la confianza surge del respeto, y viceversa.
Pautas para vivir positivamente las diferencias en tu relación:
- Aprovecha el momento: El tiempo pasa muy deprisa, también para ti, aunque tu relación sea diferente. En lugar de pensar en el futuro, en lo que haréis para continuar, etc., piensa en disfrutar de cada momento que paséis juntos, e incluso de los que pasáis separados. Todos son especiales.
- No compares: Ni tampoco dejes que os comparen. Si a tu alrededor no ves otra relación como la tuya, mucho mejor, porque así no tendrás en qué fijarte. Cada relación es distinta, da igual si es a distancia o no. Y las comparaciones son siempre una equivocación.
- Aprovecha la tecnología: ¿Por qué habría de importarte los kilómetros que os separan? Estamos en el siglo de la comunicación, ya no hay excusas para hablar o verse todos los días, a cualquier hora. La distancia se acorta gracias a las cientos de posibilidades del siglo XXI.
- Madura: Es hora de aceptar que tienes una relación seria, comprometida con el respeto y la confianza, a la que quieres dar una oportunidad, sea como sea, y digan lo que digan los demás. Si alguien no lo entiende o no lo acepta, allá él. No deben importarte las opiniones ajenas, sino solo las vuestras. La felicidad está en decidir por vosotros mismos.
- Sobre todo, ama: El amor no tiene barreras, ni hay diferencia que pueda con él cuando es de verdad. Dificultades siempre va a haber, a distancia o en convivencia, pero lo importante es saber dentro de ti, si es amor de verdad, si te hace feliz, y si crees que merece la pena. Tu grado de felicidad es el único baremo con el que has de medir tu relación.
Libro: TRAS ESTRASBURGO
Autora: MAR CANTERO
Editorial: COLECCIÓN MIL AMORES
ISBN: 978-8418962493
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