Mar Cantero Sánchez, es Escritora y coach, creadora y directora de la revista Cé Chic para mentes abiertas y ademas escribe para revistas como Objetivo bienestar y Cosmopolitan.

Tiene en su haber títulos como La vida es fácil si sabes simplificarEscribe para ser felizLa viajera de la felicidad, Los Mares del Alba o el libro sobre el que nos habla hoy RelacionArte: Una actividad de riesgo. La verdad es que estamos encantados y agradecidos por tener la oportunidad de entrevistarla para cultivarsalud.

¿Por qué son tan difíciles las relaciones en general?

Creo que porque no nos paramos a intentar entender al otro, ni a nosotros mismos. Todos vivimos en una inercia provocada por el estrés diario, el trabajo, y el día a día en general, y no tenemos tiempo para nosotros apenas, así que no podemos tenerlo tampoco para los demás. Esto complica las relaciones pues aunque alguien nos esté hablando, contándonos algo, o intentando provocar una discusión, continuamos con el estrés, con la prisa, y le seguimos el juego a cualquiera que venga con malas intenciones, aunque no nos apetezca. Todo porque no nos paramos a entender, no nos preguntamos por qué lo hace, ni tampoco se lo preguntamos a él o ella, como tampoco nos lo preguntamos a nosotros cuando tenemos una actitud negativa. Es como el pez que se muerde la cola, un bucle del que es muy difícil salir si no nos paramos a pensar aunque sea un momento.

¿Existe la gente tóxica?

Yo creo que no. Es un término muy usado hoy en día, está incluso en los títulos de algunos libros, claro, es un titulo que vende muy bien porque a todos nos gusta pensar que el malo es el otro y no nosotros. Es un término que juega con ventaja porque no daña al ego de los que van a comprar esos libros, pero es muy gracioso porque, quien lee esos libros, lo hace pensando que no pertenece al grupo de la mal llamada “gente tóxica”, pero en realidad todos somos tóxicos a veces, porque todos caemos en actitudes tóxicas en ocasiones. Luego, para mí no existe la gente tóxica, sino las personas con actitudes tóxicas. Si por gente tóxica entendemos a una persona que suele comportarse mal habitualmente, es porque ha caído en una actitud tóxica de la que no sabe salir, pero si supiera cómo liberarse de esa actitud, estoy segura de que lo haría. La mayoría de las veces, cuando tenemos una actitud negativa lo hacemos inconscientemente, aunque hay personas que son conscientes de hacerlo y lo disfrutan, y eligen continuar. Aún así, yo no las llamaría personas tóxicas, me parece poco respetuoso y poco exacto, puesto que deja fuera al resto que tambien se convierten en personas tóxicas a veces. Y yo pregunto… ¿Quién no es tóxico alguna vez? Por eso creo que es más exacto decir que son personas que tienen una actitud tóxica en la vida.

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¿Por qué es diferente este libro sobre actitudes negativas?

Precisamente por lo que acabo de decir, es un libro que no hace diferencias entre personas. Todos somos humanos, todos nos equivocamos, todos tenemos un ego que a veces se crece y otras veces se subestima, todos caemos en este tipo de actitudes negativas, tóxicas, nocivas, o como quieras llamarlo. Y en este libro intento guiar, no solo a las personas que se tienen que enfrentar a otras con este tipo de actitudes, sino también a aquellas que tienen este tipo de actitudes. Me da mucha pena que en ninguno de esos libros que hablan de personas tóxicas, se den pautas y técnicas para que esas personas puedan liberarse de sus actitudes nocivas. Es triste también. En “RelacionArte”, es tan importante quien se enfrenta a una actitud tóxica como quien la tiene, pues si ayudamos a quien la tiene, ya nadie más tendrá que enfrentarse a su actitud. Por eso este libro es tanto para unos como para otros, pues parte de la premisa de que todos caemos en esas actitudes de vez en cuando, aunque haya unos que lo hagan más que otros.

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¿Las actitudes nocivas son conscientes o inconscientes?

La mayoría de las veces son inconscientes, por eso es muy sencillo liberarse y dejar de tener estas actitudes cuando se hacen conscientes. A veces no basta con que otros te lo hagan saber, porque no somos capaces de darnos cuenta, y lo importante es que lo veamos por nosotros mismos. Pero una vez que las hemos hecho conscientes, solo hay que seguir unas pautas, darnos cuenta de los múltiples recursos con los que contamos, y utilizar las herramientas adecuadas. Solo eso.

Luego están los que son conscientes de tenerlas y no quieren cambiar. Ante esta elección, poco se puede hacer, es ahí donde entran las pautas para enfrentarse a ellas sin salir dañado y también tenemos recursos y herramientas que podemos utilizar. Los que mantienen una actitud tóxica siendo conscientes es porque les ha dado resultado anteriormente, si no permitimos que con nosotros sea igual, es decir, si no dejamos que esa persona vuelva a obtener el resultado que busca, la actitud deja de ser efectiva y seguramente la cambiará por otra más positiva, o dejará de tenerla. Pero eso, a nosotros no tiene que preocuparnos, es su elección, no la nuestra. Quien es consciente de tener una actitud nociva y la sigue utilizando, también acarrea mucha inseguridad y mucho miedo. Suele ser alguien acostumbrado a manipular a los demás precisamente para evitar ser manipulado, quizá lo fue en algún momento de su pasado. Es más complejo que esto, pero brevemente, cuando alguien no quiere cambiar es mejor no intentar que cambie porque no lo vamos a conseguir. Si elige esa actitud es porque, de alguna manera, le beneficia, le calma, le protege, le consuela, le divierte, etc. Si continúa, el problema es suyo, nosotros podemos liberarnos, enfrentándonos a su actitud sabiamente para que no nos afecte.

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Todos podemos caer en ellas. ¿Por qué? ¿Cuáles son las razones?

La razones pueden ser infinitas. El pasado de cada uno importa mucho en este tema, como en casi todos. Depende de cómo hayamos sido educados por nuestros padres, familias, educadores, etc., y el trato que hayamos recibido de nuestras parejas, amigos, compañeros de trabajo, jefes, etc. Todas las personas que han estado en nuestra vida tenían alguna actitud que, seguramente fue recurrente y eso nos ha marcado de alguna forma, provocando otra actitud que a veces puede ser buena, y la mayoría de las veces va a ser negativa, porque no queremos que nos lo vuelvan a hacer, que nos vuelvan a hacer daño, etc. Tenemos miedo, sentimos culpa, y otra serie de emociones que, si no hacemos conscientes, provocará una actitud tóxica, como muleta para andar por la vida.

¿Qué podemos hacer ante una actitud negativa?

Cuando digo que podemos enfrentarnos a ella, la gente piensa que nos vamos a meter en una discusión diaria, en una pelea sin fin, con esa persona a la que nos vamos a enfrentar, pero se equivocan porque es precisamente todo lo contrario. Eso sería dejarse llevar por la actitud negativa, pero enfrentarse a ella es otra cosa. Con las pautas y sugerencias que doy en el libro, y que dan otros compañeros míos, (la mayoría autores bestsellers y coaches o formadores en desarrollo personal) se consigue, y de una forma fácil y rápida. Enfrentarse a este tipo de actitudes es, precisamente, negarse a ese enfrentamiento. Esto puede parecer ilógico pero te aseguro que es lo más efectivo. Eso sí, hay que saber hacerlo y para eso tenemos que saber con qué recursos y herramientas propias contamos.

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Y si somos nosotros quienes tenemos una actitud negativa, ¿qué podemos hacer para cambiar?

Exactamente lo mismo, no dejarnos llevar por esa actitud, es decir, tomar las riendas y guiar nosotros al caballo de la vida, desde nosotros mismos, porque cuando tenemos una actitud negativa no estamos siendo nosotros en realidad. Así que lo primero es ser conscientes de lo que hacemos, de por qué lo hacemos, de cómo y cuándo lo hacemos. Y a partir de ahí, se puede trabajar en ello con rapidez y efectividad.

¿Hay herramientas para enfrentarse a una actitud nociva o para cambiarla si es de otro?

Por supuesto, las herramientas y los recursos que tenemos son lo que nos va a ayudar, tanto a enfrentarnos, como a cambiar. Pero hay que saber cuáles son, hay que darse cuenta de que los tenemos, y hay que aprender a utilizarlas en cada caso. Imagina que quieres clavar una madera a una pared y tienes una caja de herramientas cerrada en un rincón de tu casa. Las herramientas son sencillas y fáciles de usar, pues nos ayudan a clavar la madera más fácilmente que si intentamos hacerlo solo con nuestras manos, pero hay que abrir la caja de herramientas para verlas al menos que están ahí. Jajaja.

Y si esa actitud nociva es nuestra, ¿tenemos recursos para cambiarla?

Los recursos siempre están ahí, han estado ahí, y estarán ahí para cuando estemos dispuestos a utilizarlos. Todos tenemos muchos más recursos de los que creemos, y son muy positivos y poderosos, pero ocurre lo mismo que con las herramientas, si no los vemos, no nos los creemos. En mi libro, intento hacer que veas que los tienes y cuáles son los que debes utilizar en cada caso, porque todos somos diferentes, e incluso la misma actitud negativa tiene sus variantes en una persona o en otra.

¿En el libro hay sugerencias de autores y coaches de renombre?

Sí, lo comentaba antes. Tengo unos compañeros maravillosos que se han prestado altruistamente a dar sus sugerencias para este libro. Gregory Cajina (autor de “La vida empieza a los 40”), Joaquín Lorente (“Piensa es gratis”), Talane Miedaner (“Coaching para el éxito”), todos autores de éxito internacional, e Iván Avanza, que aún no ha escrito un libro, pero estoy segura de que lo hará, y es alguien muy especial que trabaja ayudando a muchos jóvenes a encontrar lo que les mueve, para tener un futuro que les satisfaga realmente y no dejarse llevar por la inercia de la vida, sin pararse a pensar en lo que desean y en quienes son realmente. Todos ellos son maravillosos y sus aportaciones dan mucha luz al libro.

¿En el libro hay comentarios y preguntas reales de personas interesadas en este tema?

Sí, porque cuando empecé a escribir artículos sobre relaciones y actitudes en general, en las distintas revistas en las que trabajaba entonces y en las que colaboro ahora, recibía (y recibo) muchos comentarios y preguntas que dejaban públicamente en mi web, en las revistas digitales, o en las redes. Así que, decidí que esas voces también debían ser oídas pues son muy importantes, porque contaban sus propios casos, sus actitudes o las de otros, a los que estaban soportando y aguantando día a día, y no sabían qué hacer. Por eso, tienen un lugar muy importante en el libro en cada capítulo y, dependiendo de la actitud de que la que hablaban o sobre la que preguntaban, los incluí con sus propios nombres igual que hicieron ellos. No hay nada mejor que verse identificado con otros que están sufriendo o pasando por lo mismo. Algunos incluso aportaron ideas muy buenas y positivas. Aparte, incluyo casos reales en el libro para mostrar cada actitud, que surgieron durante mis talleres presenciales, que aportan mucha claridad al lector porque lo ve directamente en otras personas y puede sentirse identificado fácilmente.

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¿Hay ejercicios en el libro para ayudarnos?

Por supuesto, el libro es absolutamente práctico. Cuando un libro de autoayuda no es práctico considero que no es realmente un libro de autoayuda. Porque la misma palabra lo dice, se trata de poder ayudarnos a nosotros mismos y eso solo se puede hacer con la práctica. Hay ejercicios muy sencillos y muy prácticos para utilizar cuando los necesitemos. Además, intentan aportar luz donde solo vemos oscuridad, abren puertas, dan soluciones, y todo eso de forma rápida y eficaz, desde el día a día. Y son tanto para los que sufren las actitudes negativas, como para los que quieren dejar de tenerlas. En cada capítulo hay ejercicios para los dos.

Nombra algunas actitudes nocivas del libro, con la que solemos encontraros habitualmente.

A mí me gusta llamarlas con nombres muy literarios que son graciosos y rebajan bastante la carga emocional que una actitud negativa conlleva. Por ejemplo “el perro del hortelano”, ya sabes, ese tipo de personas que ni comen ni dejan comer, y no se dan cuenta del gran daño que hacen con su actitud, pues es una forma de manipular a los demás desde “el no mojarse”, y eso duele mucho casi siempre, distrae, despista, descoloca, desmorona, y sobre todo, nos infravalora y nos  baja la autoestima. También están los “margaritas”, que son esos de, hoy sí, mañana no, pasado sí, al otro no, etc. También hacen muchísimo daño con su propia inseguridad y consiguen unos resultados muy negativos como respuesta. O los “pseudoamores”, en cuyas redes todos hemos caído alguna vez, ¿verdad? No es amor, pero ellos nos quieren hacer creer que sí. En fin, la variedad es enorme, tanto que ya estoy preparando un segundo libro sobre actitudes negativas.

¿Se puede salir airoso de un enfrentamiento con alguna de estas actitudes?

Siempre se sale airoso cuando lo hacemos bien. No podemos salir airosos cuando entramos en su juego y les seguimos, cuando caemos en la misma actitud que ellos como respuesta, ni cuando reaccionamos sin pensar y atropelladamente llevados por el desbordamiento de emociones que nos provocan, pero cuando nos paramos a pensar, a entender, a ver, más allá de lo que nos quieren mostrar, y a interiorizar en nosotros para saber cómo “accionar” en lugar de reaccionar, no solo salimos airosos, sino que además acabamos de golpe con esa actitud, la cortamos de raíz, para con nosotros. Ahí podemos estar seguros de que esa persona ya no volverá a intentarlo, tendrá que buscarse a otra víctima porque nosotros ya no lo somos. Dejar de ser víctimas es otra herramienta importante. Tomar las riendas y ser nosotros mismos, es otra. Y entre ambas, hay toda una serie de recursos que todos tenemos para solucionar el problema de una forma rápida (a veces con una única vez es suficiente) y eficaz.

Libros de la autora:

RelacionArte: Una actividad de riesgo

Los mares del alba

La vida es fácil si sabes simplificar: Veinte ideas para dejar de complicarte

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Escritora, y coach creativa y literaria.
Autora de los libros «RelacionArte», «Escribe para ser feliz», «La viajera de la felicidad», y otros libros de autoayuda y bienestar.
Articulista en distintas publicaciones y revistas de bienestar y directora de la revista Mentes Abiertas.

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