¿Cómo somos? ¿Visibles o invisibles?
Somos en gran medida invisibles. No, no me he vuelto loco y quiero repetírtelo por si te queda alguna duda: «somos en gran medida invisibles».
Hace ya algún tiempo que comparo al ser humano con un iceberg. Ya sabes que la mayor parte del iceberg, y la que realmente sustenta lo que alcanza a ver el ojo humano, es la parte que está debajo del nivel del mar. Es allí, bajo el mar, donde se encuentra el sustento de lo que podemos ver a simple vista. Y es precisamente lo que no percibimos lo que nos deja disfrutar de lo que pueden percibir nuestro cinco sentido.
Al ser humano le pasa algo muy similar. En todas mis formaciones y en muchas de mis conferencias hablo sobre la teoría del «iceberg». Déjame que me explique: hay una Ley Universal que nos dice que si queremos obtener mejores resultados en el plano de lo físico primero hay que prestarle más atención a nuestro interior como seres humanos. Es la Ley del Orden y dice que primero debemos ocuparnos del SER, luego del HACER y por último del TENER. De hecho somos seres humanos y no haceres humanos, ni tenedores humanos.
Es muy común ver a personas hoy en día que se pasan la vida haciendo y haciendo para tener cada vez más, pero descuidan lo que realmente importa, el SER. Algunos vemos con asombro como el stress y la ansiedad se están convirtiendo en ladrones silenciosos de la felicidad y en enfermedades que después derivan en grandes perjuicios para quien las sufre. ¿Realmente estamos actuando correctamente? ¿Estamos aquí para hacer y hacer por el simple hecho de acumular? Todos vinimos aquí sin nada y pronto nos iremos igual.
El Universo, Dios, la Inteligencia Superior o como quieras llamarle no sería tan cruel de mandarte a un lugar sin lo necesario para que pudieras disfrutar de este paseo vital.
Por eso me gusta asociar la Ley del Orden con la teoría del iceberg. Lo que se ve de nosotros y que sobresale a ojos de todo el mundo es simplemente aquello que tenemos. Y ya se sabe: «tenemos en el plano de lo físico lo que somos por dentro». Si no estás contento con tus finanzas, con tus relaciones y con otro aspecto de tu vida la respuesta a ese mal está siempre en tu interior. Algo tienes que sanar con respecto a ese área.
En el nivel del mar esta lo que hacemos. En ocasiones son acciones visibles a ojos de todo el mundo y en ocasiones son acciones invisibles como la toma de decisiones.
Y por último, debajo del mar está todo aquello que nos hace hacer las cosas de determinada manera para acabar obteniendo unos determinados resultados. Debajo del mar esta lo que yo llamo «el triángulo vital».
La parte del iceberg sumergida bajo el mar está formada por pensamientos, por emociones y por nuestra percepción de la realidad. Dependiendo de todo ello tu harás, como ser humano, las cosas de una determinada manera y estás cosas te darán unos determinados resultados.
Los pensamientos son los que generan nuestro sistema de creencias y ya sabes que si crees algo tu comportamiento siempre buscará reafirmar tu creencia.
Las emociones pueden ser tanto de amor como de miedo. Son nuestras dos emociones básicas y primarias y en función de con cual decidas ver el mundo te estarás alejando o acercando a diferentes cosas, por tanto actuarás distinto.
Y por último, nuestras creencias y nuestras emociones nos hacen percibir la realidad de una determinada manera que es la que a la postre nos impulsará a tomar determinadas acciones. Y ya sabes que dependiendo de que acciones lleves a cabo, conseguirás unos resultados u otros.
¿Entiendes ahora porque somos mayoritariamente invisible? ¿Entiendes porque los seres humanos tenemos en el plano de lo físico la resultante de cómo somos por dentro? ¿De verdad crees que no vale más la alegría centrarse en cuidar nuestro ser en vez de tanto hacer para tener?
Lo que acabo de compartir contigo no pretendo que sean dogmas de fe, pero date el placer de cuestionar aquellos pensamientos y emociones que das como ciertas, y lo que no te esté funcionando lo percibirás de diferente manera.