La asfixia se produce cuando una persona no puede respirar porque la garganta o la tráquea están bloqueadas con un alimento u otros objetos. Esta acción puede bloquear las vías respiratorias y que no llegue suficiente oxígeno a nuestros pulmones. Los primeros auxilios son claves para no sufrir lesiones graves y salvar la vida. Si esta situación se prolonga más de 4 minutos puede haber un daño cerebral.
Tipos de asfixia
Existen varios tipos de asfixia, puede ser por sofocación mecánica o química. Las primeras se producen por una sofocación externa producida, por ejemplo, por una almohada o por cualquier otro objeto. Tienen lugar por la obstrucción de las vías respiratorias de una persona como resultado de un objeto extraño, ya puede ser un pedazo de comida o hasta una canica.
Dentro de esta tipología incluimos la asfixia causada por inflamación de la garganta que nos impide respirar. Hay que ir con cuidado, suele producirse por una reacción alérgica o por la picadura de algún insecto en la garganta.
Otro tipo de asfixia con el que tenemos que tener cuidado es por apnea obstructiva del sueño. Causada durante el sueño cuando los tejidos del cuerpo obstruyen las vías respiratorias. Este tipo de asfixia es más común en los hombres y mujeres obesos. Suele producirse por dormir boca arriba y también influye el tabaquismo, enfermedad pulmonar o alcoholismo.
Por otro lado, las asfixias químicas están ocasionadas por monóxido de carbono, helio, neón y otras combinaciones de gases tóxicos como cloro y azufre.
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Causas de asfixia en niños
En este punto vamos a intentar dar prevenciones para evitar la asfixia en niños. Hay que tener especial cuidado con pequeños menores de 5 años. En estas edades es habitual atragantarse con comida o con algún juguete que se lleven a la boca.
Los expertos recomiendan cortar la comida en trozos pequeños y controlar durante la comida los pasos del niño. Especial cuidado al comer caramelos, palomitas de maíz, salchichas o zanahorias.
También hay que tener cuidado con objetos como monedas, botones, globos de goma u otros objetos pequeños. Evitemos que tengan a mano este tipo de objetos mientras comen, lloran, hablan o se ríen.
Los síntomas de que un bebé se está ahogando son la respiración fuerte, tos, cambio de color en la piel.
En ese caso es necesario actuar rápido, dar palmaditas en la espalda, poner al niño boca abajo cogido por el brazo. Abrir la boca a ver si vemos algún objeto pero no meter los dedos dentro si no vemos nada. Llamar al teléfono de emergencias. Los padres siempre es bueno que se hayan formado en reanimación cardiopulmonar.
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Causas asfixia adultos
Hay muchas causas que pueden provocar una asfixia, la más habitual viene por comer demasiado rápido. Tenemos que acostumbrarnos a masticar bien los alimentos sobre todo la persona que tiene una prótesis dental que no ajusta bien.
Otra de las causas más frecuentes es por inhalar un objeto pequeño. Las personas que han sufrido un problema cerebrovascular también pueden tener complicaciones para masticar bien.
Ante un asfixia hay que actuar rápido, el principal síntoma es la incapacidad para hablar, dificultad para respirar, tos débil o piel morada. En algunos casos hay pérdida de conocimiento.
Lo primero que hay que comprobar es si puede hablar. Si tose con fuerza y puede hablar, lo recomendable es dejarle toser más para que intente sacar el objeto. Si no puede hablar y tiene problemas para respirar, hay que actuar rápido. Hay que realizar los empujones abdominales o golpes en la espalda.
Los empujones abdominales supone ponerse detrás de la persona, coger a la persona por la cintura a la altura del ombligo. Realizar una comprensión hacia rápida hacia arriba y hacia dentro. Los golpes en la espalda también deben hacerse por detrás de la persona.
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