¿Cuánto sabes de los fertilizantes ecológicos?. El suelo es un ser vivo que se desarrolla y puede morir si no se cuida. Los agricultores interactúan con él de forma intensiva y mantenerlo sano es básico. La agricultura ecológica es un sistema de explotación agrícola donde no utilizan sustancias químicas. Los agricultores ecológicos están en contra de los insecticidas, funguicidas o herbicidas. Tampoco usan organismos modificados genéticamente.
Certificación de fertilizantes ecológicos o abonos orgánicos
Todo producto con certificación procedente de agricultura ecológica tiene que cumplir una serie de normativas. Tanto en la producción como en la explotación de las semillas y su fertilización. Los fertilizantes ecológicos o abonos orgánicos son materias de origen vegetal, animal o mixto. Mejoran la calidad de los suelos a los que son aplicados, aportándoles nutrientes, materia orgánica y microorganismos. Existen muchas clases de fertilizantes ecológicos, como por ejemplo el estiércol, el compost, humus de lombriz, abonos verdes o guano de isla.
Entre las ventajas de los fertilizantes orgánicos destaca que están libres de químicos perjudiciales para la flora y la fauna. Consiguen nutrir el suelo, mejoran su estructura, favorecen la retención de agua y el intercambio de nutrientes en las raíces de las plantas.



Tipos de fertilizantes ecológicos
Estiércol
El estiércol son los excrementos de animales que se usan para fertilizar los cultivos. La calidad varía en función de la especie y de otros aspectos más técnicos. Mejora la calidad del suelo, sobre todo si tiramos al campo más de 10/ha al año. Aconsejan aplicarlo después de la fermentación y con una humedad adecuada del suelo.
Compost
Este segundo fertilizante ecológico lo obtenemos de la transformación controlada de residuos orgánicos animales y vegetales. También lo conoceremos como “tierra vegetal” o “mantillo”. Aumenta el contenido de materia orgánica a largo plazo, liberando los nutrientes lentamente y mejorando las propiedades y estructura del suelo. También fomenta la diversidad microbial, la porosidad, favorece la penetración del agua.
Guano de isla
El guano de isla es un fertilizante con mucha historia. Hace cientos de años ya se utilizaba en América Latina. Contiene una mezcla de excrementos, plumas, huevos y otros restos de aves marinas. Su contenido en nutrientes es muy alto. Los agricultores lo aplican mediante pulverización, siempre a cierta profundidad para evitar pérdidas de amoniaco.
Humus de lombriz
Ahora, hablamos de un fertilizante obtenido con residuos orgánicos de las lombrices. Tiene una textura similar a la del café molido. Una de las lombrices que más se usa para este fin es la roja californiana. Tiene un alto contenido en bacterias, muy recomendado para mejorar las propiedades biológicas de las tierras.
Abonos verdes
Los abonos verdes están compuestos por plantas que solo son utilizadas como fertilizantes naturales. No se cultivan para conseguir frutos. Suelen utilizar las leguminosas, como la avena o el centeno. Aportan al suelo gran cantidad de biomasa y de nutrientes tras su descomposición.
Bokashi
El nombre viene de Japón, se trata de un fertilizante orgánico muy completo. Aporta al suelo tanto macro como micronutrientes fundamentales para las plantas. El bokashi activa las rizobacterias responsables del crecimiento de las plantas. Protege a las plantas, ya que debido al calor del proceso de fermentación elimina patógenos. Favorece la penetración de los nutrientes en los suelos destinados para el cultivo.



La fertilización orgánica que respeta el medio ambiente frente a la agricultura convencional
Vamos a hacer una comparación entre la fertilización orgánica que respeta el medio ambiente y la agricultura convencional. La primera tiene como objetivo aportarle al suelo los nutrientes necesarios para favorecer su fertilidad. Fomenta un aporte progresivo a la tierra de los nutrientes. Éstos se irán liberando en función de las necesidades de los cultivos.
De este modo, las plantas podrán crecer, nutrirse mejor y de manera más natural. Con el paso de las cosechas, el suelo va perdiendo fertilidad y se vuelve menos nutritivo para las plantas. Conviene poner un aporte extra a través de la fertilización orgánica, sin fertilizantes químicos. Los fertilizantes químicos son altamente solubles y las plantas los absorben en menos tiempo, pero generan un desequilibrio perjudicial para el suelo. En cambio, la fertilización orgánica actúa de forma lenta e indirecta. Así conseguiremos que los nutrientes sean liberados progresivamente en la medida que la planta necesite.
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