Cambio climático
El tiempo cambia con veranos más largos e inviernos menos frescos, esta es una de las amenazas planetarias. Según los pronósticos, las tormentas serán cada vez más violentas y los huracanes más frecuentes. Estas son las consecuencias de las transformaciones globales del clima que ya empezamos a notar.
El cambio del tiempo afectará a la agricultura, el calor atraerá nuevas plagas que afectarán a los productos del campo. También afectará a la biodiversidad, miles de especies animales y vegetales correrán peligro de extinción. Otra de las amenazas planetarias son el aumento del nivel de mar es una amenaza para pueblos enteros que tienen cientos de edificios en primera línea de mar. El nivel del mar puede subir hasta un metro a finales del presente siglo. Desde principios de los años 90, el nivel del mar aumenta a un ritmo de 3 o 4 milímetros al año. Los expertos auguran que este fenómeno se acelerará en el próximo siglo. Si no se toman medidas desaparecerán millones de playas urbanas.
Consecuencias de las amenazas planetarias
Naciones Unidas advierte que se multiplicarán los refugiados que abandonen su casa para ir a otro lugar. Sobre todo en zonas perjudicadas por el deshielo, inundaciones o sequía. También aumentarán las muertes por las frecuentes olas de calor. El año 2019 pasa a la historia por estar entre los cinco más calurosos registrados en toda la historia de la humanidad. Los meteorólogos indican que las tormentas serán más intensas y violentas. Las inundaciones serán más habituales. El calentamiento de los mares provoca un aumento en la evaporación que atraen precipitaciones más violentas. En las últimas décadas, las tormentas con vientos de 200 km/h se han duplicado y las de 250 km/ se han triplicado.
El cambio climático también provocará una crisis alimentaria. Cada vez será más difícil encontrar productos básicos como el trigo, maíz o arroz. Las plagas que acaben con los cultivos se multiplicarán por no hacer caso a las amenazas planetarias.
Aparecerán nuevas enfermedades. Por ejemplo, ya han aparecido casos de transmisión del dengue en Francia, España o Croacia. También ha llegado la enfermedad vírica chikungunya. Los expertos alertan de la posible propagación del virus del Nilo occidental por el mediterráneo.
Miles de especies también estarán en peligro. Las aves se desorientan al cambiar las temperaturas. Los osos polares no pueden sobrevivir en el ártico cuando se derrite el hielo, se ahogan.
¿Qué podemos hacer para proteger el planeta?
Entre todos podemos remitir las consecuencias del cambio climático, estamos a tiempo de frenarlo. Para ello necesitamos potenciar un consumo responsable, ecológico y sostenible. Para todo tenemos que intentar aplicar la rebla de las “3R” que son reducir, reutilizar y reciclar. Contribuir al comercio justo, implica producir y comprar productos con garantía de que han sido obtenidos con procedimientos sostenibles. Fabricado respetando el medio ambiente y a las personas.
Medidas a realizar para aprovechar el consumo de agua
Conviene aprender a reducir el consumo de agua en la higiene, riego y piscinas. Incorporar dispositivos de ahorro del agua en grifos, cisternas, etc. Siempre es mejor darnos una ducha rápida. Cerrar los grifos mientras nos cepillamos los dientes, afeitamos o enjabonamos. Finalmente, implantar el riego por goteo, regar a primeras y últimas horas del día las plantas.
Reducir el consumo de energía en iluminación
Para reducir el impacto del medio ambiente tenemos que usar bombillas de bajo consumo, fluorescentes compactas y LED. Apagar las luces innecesarias y aprovechar al máximo la luz natural. Utilizar sensores de movimiento para que se encienda la luz sólo cuando es necesario. Reducir el consumo de energía en calefacción, refrigeración y cocinado. Posicionar los aires acondicionados en los lugares adecuados, no programar temperaturas muy altas, recomiendan los 21 grados.
Aprendamos a utilizar mejor los electrodomésticos
Podemos cocinar de manera eficiente aprovechando el calor residual y no calentar más agua que la necesaria. Tampoco precalentar el horno si no es necesario, etc.
Llenar adecuadamente lavadoras, lavaplatos, etc. No introducir alimentos calientes en el frigorífico, lavar en frío. Apagar completamente la TV, el ordenador, etc., cuando no se utilizan; desconectar los cargadores de móviles y de otros aparatos electrónicos cuando no se utilicen. Disminuir el consumo de pilas y utilizar pilas recargables.
Descongelar regularmente el frigorífico, comprobar que las puertas cierran bien, revisar calderas y calentadores, etc.
También podemos reducir el consumo energético en alimentación, mejorándola al mismo tiempo. Comer más verduras, legumbres y frutas y menos carne. Respetar las paradas biológicas y no consumir inmaduros. Evitar productos exóticos que exijan costosos transportes. Consumir productos de temporada y de agricultura ecológica.
educir el consumo de energía en transporte
Para desplazamientos cortos usar transporte público, la bicicleta o desplazarse a pie. Organizar desplazamientos de varias personas en un mismo vehículo. Reducir la velocidad, conducir de manera eficiente. Evitar el avión siempre que posible. Evitar los ascensores siempre que sea posible.
Reducir el uso de papel y plásticos
Siempre es bueno evitar imprimir documentos que pueden leerse en la pantalla. Escribir, fotocopiar e imprimir a doble cara y aprovechando el espacio, sin dejar márgenes excesivos. Evitar el correo comercial; borrarse de las bases de datos de las empresas de publicidad. Utilizar papel reciclado. A la hora de hacer felicitaciones, convocar reuniones o comunicar algo, hacerlo electrónicamente.
Reducir o evitar el uso de plásticos, latas, objetos con pilas, materiales con sustancias tóxicas, etc. Disminuir el consumo de plásticos, y en particular de PVC, en juguetes, calzado, pequeños electrodomésticos, productos de limpieza, etc. Si es inevitable, elegir reciclables, reutilizándolos al máximo. Evitar aparatos y juguetes eléctricos con pilas.
Evitar fibras artificiales y optar por tejidos naturales. Reducir el consumo de productos que contengan sustancias tóxicas como insecticidas, disolventes, desinfectantes, quita manchas, abrillantadores, productos de limpieza agresivos, no comprar ropa que deba limpiarse en tintorerías o utilizar tintorerías ecológicas, etc.
No dejarse arrastrar por campañas comerciales: San Valentín, Reyes. Programar las compras, ir a comprar con lista de necesidades.
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