La segunda vida de las pipas

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El estadio de fútbol de Anoeta ha conseguido dar una segunda vida a las pipas. El equipo de la Real Sociedad ha conseguido recoger tres toneladas de cáscaras de pipas durante una temporada de Liga. Lo reciclan para transformarlo en abono que fertilice las huertas. La campaña de Anoeta beneficia a las huertas de Gipuzkoa y se ha convertido en un proyecto contra el cambio climático pionero en los campos de fútbol. Las pipas de Anoeta se transformarán en 30 toneladas de abono natural. La Fundación Kutxa se encarga de distribuir todo el fertilizante entre las más de mil parcelas de agricultura ecológica.

¿Cómo hacerlo?

Las gradas de los estadios de fútbol se llenan cada año de toneladas de cáscaras de pipas. La entidad txuriurdin reparte unos recipientes biodegradables de color naranja donde pueden depositar las cáscaras. Las primeras pruebas piloto consiguieron recoger 40 kilos de cáscaras solo en una de las tribunas. Mediante este sistema damos valor a un deshecho que no recibe ningún tratamiento y acaba pudriéndose en un vertedero.

El procedimiento es muy sencillo, en cada partido el club vasco entrega a cada aficionado un recipiente biodegradable para depositar las cáscaras y reciclar. Cuando salen de las instalaciones tienen que tirar el recipiente en los contenedores habilitados en el estadio. Es una «iniciativa pionera» en los clubes españoles, asegura el director de la Fundación Real Sociedad, Andoni Iraola.

Un kilo de cáscaras permite multiplicar por 10 su peso en abono

Todas las toneladas de cáscaras recogidas en Anoeta son tratadas por la empresa Ekotrade, que las mezcla con residuos frescos de las huertas en pilas de compostaje, según explica su gerente, Gorka Yarza. El proceso tarda entre 9 y 12 meses, tras ese tiempo se obtiene un abono fertilizante apto para su uso agrícola.

Un kilo de cáscaras permite multiplicar por 10 su peso en abono. Cada temporada, las pipas de Anoeta podrían transformarse en 30 toneladas de abono natural. La Fundación Kutxa se encarga de distribuir todo este fertilizante entre las 1.200 parcelas de agricultura ecológica de Gipuzkoa.

David Cortecerohttp://www.miravalencia.com/

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