La meditación para niños, como en los mayores, tiene como objetivo buscar un espacio interior en el que descansar, dejando fuera de la mente del bullicio y la agitación de los tiempos modernos.

Por lo tanto, la meditación para niños es una práctica educativa para esas personitas que también experimentan la alienación y la dificultad de una realidad fragmentada.

Este interés en los muy jóvenes es tomado de la psicología del niño y las técnicas educativas, además te gustará saber que el aprendizaje es útil y sencillo, y una interesante forma de auto-conocimiento.

Los beneficios de la meditación para niños

Los niños, de normal son movidos, ya lo sabes, esto se debe a que son empujados por una tormenta de pensamientos y estímulos. La meditación para niños los induce  a disfrutar de la calma de su mente y a gestionar sus pensamientos y emociones.

La práctica de la meditación permite a los niños, incluso los más jóvenes,  tomar conciencia del mundo exterior y, en paralelo, a buscar una forma de silencio interior.

La meditación, que afecta el cuerpo, lleva a tomar conciencia de los dos ritmos que regulan nuestras funciones vitales: el de los latidos del corazón y la respiración. En particular, siguiendo el ritmo de la respiración, el niño experimenta la calma y la relajación.

Los ciclos del cuerpo permiten que el niño llegue a ser consciente de que toda la vida está regulada por los ritmos: la del sueño y la vigilia, de día o de noche, de las estaciones, el nacimiento y la muerte , el dolor y la alegría. Paralelo a su crecimiento, el niño dominará este conocimiento.

Hay varias formas de meditación para niños, que experimentan el uso del cuerpo a través de la respiración y las emociones, a través de diversas formas de arte que van desde escuchar música a la lectura de poemas.

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Entre las más interesantes están, sin duda, el modelado de la arcilla y el coloreado de mandalas.

Descubre el yoga para los niños

El yoga puede ser realizado por los niños de formas específicas dependiendo de sus necesidades: de esta manera los niños pueden continuar moviéndose, bailando, saltando y corriendo. Por lo que su práctica, al igual que la meditación, debe ser siempre en activo, por eso difiere ligeramente de la de los adultos.

El yoga se trabaja en niños fundamentalmente a través del juego, los cuentos y las historias que envuelven las técnicas de respiración, de conocimiento del cuerpo o de meditación. Se utilizan con ellos asanas sencillas, muchas con nombres de animales, fáciles de identificar y recordar.

Meditar coloreando un mandala

Esto ayudará a su hijo a permanecer en el presente, sin un antes ni un después. Su mente se queda en silencio y los pensamientos, débiles, ya no son alimentados por la mente.

Otras actividades populares son aquellas que involucran la naturaleza, cómo cultivar un huerto, haciendo que el niño pueda contemplar la belleza y la armonía de nuestro mundo. Todas estas son técnicas muy sencillas en las que el niño experimenta la calma de la mente a través del juego.

Estos métodos de meditación simples son adecuados para todos los niños. De hecho, incluso los niños experimentan el miedo, el sufrimiento, la soledad y la inseguridad, y la meditación tiene la capacidad de hacerte sentir bien, lo que puede ayudar a los niños a desarrollar una pequeña fuerza interior que será de gran valor para el crecimiento.

Diferentes meditaciones para niños

meditación para niñosHay varias formaciones en meditación para los niños, diferentes, en función de la edad, por lo general duran unos pocos días. Estos cursos se llevan a cabo generalmente en las escuelas de yoga, pero hay varias propuestas para poner la meditación en la educación.

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Además de estos escenarios, también se puede practicar la meditación para niños de una manera más «amateur». En la familia, debemos crear momentos de pausa, de silencio. Cada momento del día debe tener su valor como tal, sin nada que se superponga.

El tamaño del silencio también se puede experimentar con las excursiones. Los padres deben encontrar tiempo para llevar a los niños al aire libre en contacto con los bosques y el agua, en los que es más fácil escuchar las voces de la naturaleza, sentir la sensación del infinito.

Es importante que el niño vaya adquiriendo el hábito de la adjudicación de un espacio de tiempo para el silencio.

Curiosidad

La educación de un niño significa, sobre todo llevarlo a él, a diferencia de la que hace en la escuela y la televisión, lo que favorece el aspecto intelectual y recepción pasiva.

Educar significa también poner al niño en contacto con su cuerpo, sus emociones y su espiritualidad.

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  • Licenciado en Periodismo en Universidad Cardenal Herrera
  • Master en marketing y venta digital Escuela de Empresarios EDEM
  • Curso especializado en Google Analitycs “Data Analitycs”

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