La música nos ha acompañado a lo largo de nuestra vida, por lo general, al escuchar una canción, podemos recordar eventos de nuestra infancia o adolescencia, así como acordarnos de personas o lugares, esto sucede porque tenemos una historia y un desarrollo musical. Este último, al igual que el desarrollo psicológico, se compone de ciertas etapas, divididas por un tiempo y unas características o elementos musicales específicos [Bruscia, (1992); Briggs, (1991)].
Período amniótico o gestación
Sobre la quinta semana de gestación se encuentra la formación del oído externo, el sonido lo percibe el bebé en forma de vibraciones (rápidas o lentas), de igual manera, otro elemento musical muy presente, es el latido del corazón de la madre, el cual se convierte en la primera noción de pulso. Aproximadamente sobre la semana 30 de gestación, el oído puede transmitir informaciones pertinentes al cerebro, aunque el líquido amniótico distorsiona considerablemente la señal sonora; el niño oye sobre todo ruidos estomacales y otros sonidos diversos. Finalmente, sobre la semana 35 y 36 de gestación, el desarrollo del aparato auditivo finaliza y es operativo, por tanto, el niño puede percibir sonidos, sobre todo frecuencias bajas.
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Nacimiento
En el momento del alumbramiento, las contracciones y la respiración de la madre las percibe directamente el bebé, se convierte.
Etapa de los 0-6 meses
Durante el desarrollo psicomotor, el niño empieza a percibir el sonido y responder a este con su cuerpo, donde busca la fuente del sonido y muestra a través de su expresión facial respuestas (como alegría o desagrado). Además, puede emitir su primera respuesta musical por medio de su voz; con el llanto y posteriormente con el balbuceo, bien sea por iniciativa propia o por imitación, aunque puede repetir un tono especifico, aún no hay sentido de centro tonal. Al finalizar esta etapa, el niño puede discriminar algunas dinámicas musicales e intentar imitarlas con algún instrumento, utilizando con sonajeros o instrumentos de fácil manipulación.
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Etapa de 6-24 meses
Durante esta etapa, el principal elemento musical es el desarrollo del timbre, (cualidad en el sonido que permite diferenciarla de otro que tenga la misma tonalidad y sonoridad), también se realizan juegos vocales e instrumentales a través de la exploración, que por lo general busca y termina en intencionalidad. En el primer año de vida, el niño puede producir sonidos de todos los idiomas, pero con el tiempo esa producción se va limitando centrándose en su aspecto cultural propio y comienza a emitir las primeras palabras con significado, útiles para la comunicación. De igual manera, el niño puede empezar a reconocer canciones familiares y escoger canciones favoritas, reconocer sus gustos musicales, así como hacer movimientos (bailes) con su cuerpo.
Etapa de los 2-7 años
El niño empieza tener mayor vocabulario, comienza a combinar dos o tres palabras con el fin de formar frases simples. Sobre los tres años, ya forma oraciones más complejas formando estructuras gramaticales. Por tanto, el niño empieza a crear sus propias composiciones vocales, cantarle a objetos o personas, así como utilizar juegos musicales por medio de ritmos e instrumentos, con el fin de comunicarse y de crear música, ya puede reconocer tonos, seguir un pulso e identificar las dinámicas musicales (débil, fuerte, muy fuerte, etc).



Etapa de los 7-12 años
En esta etapa, el niño ya puede reconocer un lenguaje musical especifico, así pues, es el momento indicado para aprender a tocar un instrumento, al tener mayor coordinación viso-motriz, ya que busca la exploración y comprende el juego de roles, puede hacer imitación (vocal e instrumental rítmica) con o sin ayuda.
Etapa de los 12-18 años
Aquí se inicia la personalidad musical, donde por lo general, se escoge el género de música que más le agrada o su artista favorito, las letras o la melodía de una canción empiezan tener mayor sentido. Adicional, se genera un componente social, donde el adolescente se siente a gusto con personas que pueda compartir su mismo gusto musical.
Como podemos observar, somos seres musicales que a lo largo de nuestra vida, nos guiamos y acompañamos con música. Cabe mencionar que este desarrollo no culmina a los 18 años, sino que se va transformando; vamos adquiriendo nuevos gustos, que a su vez van forjándose por la cultura, la música de los grandes medios de comunicación o nuestra historia musical, como es la música de nuestros padres y abuelos.
Referencias:
- Briggs, C (1991). A model for understanding musical development. Music Therapy. Journal of the American Association for Music Therapy, 10 (1): 1-21.
- Eslava, J. (S.F). La musicoterapia en las patologías del desarrollo. Pág 1 – 9.
- Lafarga, M. (2000). Desarrollo musical y desarrollo neurológico. Congreso Mundial de Lecto-escritura, celebrado en Valencia, Diciembre 2000
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