No sabemos su etiología, porque aunque los medios oficiales la atribuyan al SARSCOV2, éste no ha sido aislado y purificado y secuenciado. Además el cuadro patogénico responde más a un proceso inflamatorio mediado por citoquinas y bradiquinas que a un proceso infeccioso, con exudado, mucosidad y esputos.
Por otro lado existen estudios epidemiológicos que encuentran una relación positiva entre el número de casos graves por COVID19 y la exposición a dosis altas de contaminación electromagnética.
Covid-19: ¿Positivistas o negacionistas? Más bien sindemistas…
Sabemos las lesiones que se producen, gracias a que los médicos italianos hicieron autópsias. Se trata de una coagulación intravascular diseminada, por eso los enfermos graves fallecen por paro cardiaco. Y también sabemos que se produce una extravasación de plasma de los capilares a los alveolos, por lo que estos se rellenan de un exudado rico en fibrina que los endurece y hace que estallen cuando se le aplica al enfermo el respirador automático. Por eso los médicos italianos dejaron de aplicar los respiradores automáticos y empezaron a dar anticoagulantes, consiguiendo una notable disminución de la mortalidad por COVID19. ¿por qué en otros lugares se siguen aplicando los respiradores automáticos? Esa considero que es una buena pregunta.
Si realmente se creyera que la COVID19 es producida por el SARSCOV2 , se podría prevenir desinfectando las puertas de entrada. El oido si hacemos caso a lo que explica Andreas Moritz en “Los eternos secretos de la salud”, en referencia a la gripe, pero se considera, según medios oficiales, que la forma de transmisión del virus de la influenza y del SARSCOV2 es idéntica. Y si como dice el discurso oficial se opina que el virus entra por ojos, nariz, o garganta se podrían utilizar colirios, irrigaciones para la nariz y esprays para la garganta. Sin embargo nada de esto ha sido recomendado a la población por los portavoces oficiales.
En la mal llamada “gripe española” que causó una pandemia en 1918, se observó que en las casas donde había cebollas, no había muerto nadie, se investigó y se descubrió que las cebollas tienen la propiedad de atraer a los gérmenes, por lo que dejar una cebolla cortada en la mesita de noche o en el salón limpia de gérmenes el ambiente. También se ha observado que las cebollas reducen la producción de citoquinas, y que la piña posee un enzima que neutraliza a las bradiquinas, los dos mediadores responsables de la trombosis generalizada y el cuadro inflamatorio. Pero yo no puedo decirles que estos alimentos puedan prevenir los efectos más graves de la COVID19, porque la Consellería de Sanidad podría multarme, ya que según ellos, los alimentos sólo son alimentos y no tienen efectos farmacológicos, dijera lo que dijera el tal Hipócrates.
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