¿Cómo podemos escoger el aceite que necesitamos en este momento de nuestro proceso personal?
Hay personas y profesionales que lo hacen con técnicas como la kinesiología o la radiestesia (uso del péndulo). Otras, prefieren memorizar propiedades e intentar aplicarlas a cada caso. Este segundo sistema, en Psicoaromaterapia, es especialmente limitado, no se tienen en cuenta las particularidades personales del cliente, no se pueden saber, nadie tiene dicho conocimiento de forma racional. Como dije antes, los aceites esenciales no son medicamentos: ansiolíticos, antidepresivos, euforizantes, etc. Por lo tanto, yo no trabajo así. Busco que sea el cliente quien decida y sienta que aceite o aceites son los que precisa aquí y ahora para aquello que le preocupa.
Considero que el trabajo del psicoaromaterapeuta (desde mi visión) sólo es servir de puente entre el cliente y los aceites esenciales y que la sanación sólo tiene lugar cuando hay una implicación total del cliente en el proceso. Y también, que cada profesional tiene su estilo propio de trabajo, que tiene que estar marcado simplemente por un criterio: efectividad.
Emociones y su aceite esencial
Es importante, para empezar, recordar siempre que una de las fortalezas de la Aromaterapia es su potente actividad anti estrés, y que la enfermedad por excelencia de estos tiempos, origen y foco de muchas otras, es… ¡bingo! : el estrés.
Especialmente eficaz cuando se aplica en masaje y en baños relajantes, un amplio abanico de ellos cumple esta importante función, siendo matizada por el gusto personal. Famosos son la lavanda, la mejorana dulce, el petit-grain mandarino… pero no hay que descartar nunca otros que a la persona, en concreto, le produzcan placer y satisfacción, bienestar y alivio, por lo que a veces encontramos que aceites esenciales teóricamente “estimulantes” –como el romero-, resultan relajadores para ciertas personas.
Amor-cólera-enfado-alegría-sorpresa-tristeza-miedo, emociones humanas al fin y al cabo y que pueden modularse de diferentes maneras, la Aromaterapia y la Psicoaromaterapia, una de ellas, no un milagro ni tampoco un fraude, en la medida de las posibilidades y encajes personales, asombrosa.
Algunos aceites esenciales importantes y destacables en Psicoaromaterapia y sus palabras clave:
Albahaca (Ocinum basilicum L. ssp. basilicum): Protección, fortaleza.
Benjuí (Styrax benzoin): Consuelo, confort.
Bergamota (Citrus bergamia): Energía solar.
Canela corteza (Cinnamomum zeylanicum): Coraje, fuego.
Cedro Atlas (Cedrus atlántica): La fuerza de la línea paterna.
Ciprés (Cupressus sempervirens): Flexibilidad, movimiento.
Jara (Cistus ladaniferus): Trauma, cambio.
Inmortal/Siempreviva (Helychrysum italicum ssp. serotinum): Regeneración, impulso.
Jazmín absoluto (Jasminum grandiflorum): Tranquilidad, feminidad.
Neroli/azahar (Citrus aurantium ssp. aurantium): Paz, pureza.
Naranja dulce (Citrus sinensis L.): Alegría, niñez.
Romero (Rosmarinus officinalis L.): Energía, acción.
Rosa de Damasco (Rosa damascena): Amor, compasión.
Ylang-Ylang Extra/Totum (Cananga odorata): Vida, voluptuosidad.
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