¿Sabías que la audición es el primer sentido que un bebé desarrolla dentro del vientre materno y que, además, es el único que le permite conectarse con el exterior?
Igual te preguntas, ¿y cómo lo hace? Pues a través de vibraciones, ritmos y melodías, una madre, su núcleo familiar (un padre, otra madre… según el tipo de familia que estén creando) y su bebé que aún no ha nacido puede establecer un vínculo cercano y lleno de gozo.
Teniendo en cuenta que me encuentro en este momento vital de tantos y tantos movimientos, cambios y crecimientos en todos los sentidos, me parece interesante contarte qué puede hacer la música en esta etapa de vida y algunos métodos que existen.
Lo que diferencia a la musicoterapia en general de la musicoterapia aplicada en el embarazo, es el encuadre y los objetivos a trabajar. En este caso, hay un tiempo delimitado para desarrollar el plan de tratamiento, puesto que desde el inicio de éste hasta el nacimiento del bebé, hay un máximo aproximado de 16 sesiones.
Si indagas sobre el desarrollo fetal, descubrirás que, a partir del cuarto mes de embarazo (16 semanas aproximadamente) y hacia la mitad de éste, el bebé ya tiene completo su aparato auditivo, de tal modo que empieza a captar los sonidos que hay en la atmósfera intrauterina: Los latidos del corazón de la mamá, el ruido de la sangre que circula por la placenta, el de los pulmones… y posterior a eso, comienza a percibir la voz de la madre, los sonidos que hay ahí afuera, y en ese momento es cuando la música empieza a tener un peso importante.
Los objetivos a trabajar están relacionados con tres aspectos básicos: El primero es el vincular, es decir, el que tiene que ver con la relación entre los que están y el que llega. El segundo se relaciona con las necesidades de la futura mamá: los miedos, las fantasías, las angustias, las ilusiones, etc. Y el tercero tiene que ver con la estimulación del bebé antes de nacer.
Estos tres aspectos están atravesados por el concepto que se denomina como “Las esferas del embarazo”, que son caminos paralelos al embarazo físico, por donde transitan también el embarazo emocional, el mental y el espiritual.
Por tanto, la musicoterapia como disciplina permite estudiar los aspectos sonoros de las personas a nivel receptivo, productivo y relacional, y utiliza como recurso todo aquello sonoro-musical en toda su dimensión para favorecer el desarrollo saludable en el ser humano.
Musicoterapia Focal Obstétrica
Siguiendo a Gabriel F. Federico, en el viaje musical en el área obstétrica se utiliza el concepto de las cuatro esferas del embarazo. Este concepto plantea que el embarazo se vive simultáneamente en una esfera física, una mental, una emocional y una espiritual. Y que, ante la presencia de algún desfase entre ellas, se debe trabajar para nivelarlas, para que la vivencia de la gestación sea lo más equilibrada posible.
Sabemos que es el médico obstetra quien se ocupa del embarazo físico, pero también sabemos que por lo general no se suele considerar como importantes a los “otros embarazos paralelos”, las otras esferas que quedan invisibles, que se suceden de manera simultánea al embarazo físico. Y el hecho por el que no se consideran es por que pasan por lugares no tangibles, por que no se los puede ver, por que muchas veces desde la medicina convencional (estructurada) no se sabe cómo tratarlos.
El embarazo desde todas estas esferas son los que atienden en musicoterapia focal obstétrica (MFO), la metodología de MaMi Sounds creada por G. F. Federico. Tienes una entrevista que le realicé hace un par de meses en el siguiente enlace por si quieres saber más sobre el tema, además de que, al final de ésta, ofrece un regalazo que seguro te interesa: https://youtu.be/VInXIhlQLxQ
Como hemos comentado, en la MFO coexisten tres áreas principales sobre las que se trabaja: El vínculo con el que va a nacer, el bienestar de la futura mamá y el propio bebé en gestación. Cada una de estas áreas principales tiene a su vez una serie de puntos que son tenidos en cuenta en dichos tratamientos. Por ejemplo, cuando hablamos del vínculo, no solo pensamos en la mamá y su bebé, sino que también consideramos al padre / madre, ya que es importante incluir a los principales involucrados, para así también poder ir creando y mejorando las relaciones intrafamiliares.
E igual te preguntas… ¿Cómo se trabaja la construcción del vínculo intrauterino?
Desde la modalidad específica de trabajo de la Musicoterapia Focal Obstétrica (MFO) de Federico, en el que han participado musicoterapeutas de todo el mundo así como otros profesionales especialistas en Obstetricia y Enfermería, como el Doctor Fiorini, se enmarca como una terapia breve, focales, ya que hay un tiempo concreto y el foco de atención tiene que ser muy preciso y muy específico.
Dentro de la MFO, se utilizan procedimientos de abordaje que pueden ser únicos en el tratamiento o combinados entre sí, como por ejemplo, la canción de bienvenida, las visualizaciones, las relajaciones en movimiento, el masaje vibracional, el baño sonoro o la estimulación prenatal musical.
Por tanto, la propuesta de la MFO es que esta contención y conexión que se da entre el bebé y sus papás aún antes del nacimiento, transite el momento del parto y continúe después. No se hace una preparación para el parto específica, sino que podríamos decir que se realiza una preparación para la maternidad, considerando el nacimiento como la cima de una montaña que así como se sube hay que bajar.
Obviamente, el nacimiento es uno de los momentos más importantes en el proceso de la maternidad, pero no es el único. Por eso, un abordaje musicoterapéutico de este tipo no es algo a hacer de manera puntual y ya está, sino que implica un proceso.
Si quieres saber más, además de la entrevista que te he dejado, tienes uno de sus libros “Viaje musical por el embarazo” que también te recomiendo, pero… Mírate primero la entrevista, ahí te dejo el consejo.
Porque… ¿Qué sucede durante la gestación?
Y es que, cuando se está gestando un bebé son muchas las cosas que se proyectan en él o en el propio proceso de embarazo, y muchas de ellas tienen que ver con la propia historia de la futura mamá (o el futuro papá o familia). Precisamente es por ello que es de suma importancia contar con un espacio donde se puedan establecer y elaborar las diferencias que existen entre ese hijo fantaseado y ese hijo real que está cobrando vida dentro del vientre, o ese embarazo fantaseado y el embarazo real que se está viviendo.
Porque en relación a la futura mamá, hay muchas cosas a tener en cuenta, como sus sensaciones, emociones, fantasías, ansiedades, miedos… y tener un espacio donde poder trabajarlo, le permitirá vivir esta etapa con menos angustia y ansiedad.
En relación al bebé que está por nacer, hay que tener en cuenta cómo es su desarrollo auditivo, cómo le llegan los sonidos, cómo poder estimularlo para que reconozca una melodía incluso antes de nacer, y de qué manera se puede reducir el impacto sonoro ambiental y el estrés que le puede generar su propio nacimiento.
Y sí, todo esto lo podemos trabajar utilizando la música como un puente que nos permite llegar al encuentro con aquello que conocemos e incluso con lo que desconocemos de nosotros mismos.
Si los bebés incorporan la información sonora que reciben del exterior dentro de un proceso consciente por parte de sus adultos de referencia, puede ser muy beneficioso una vez que ese bebé llega al otro lado de la piel. ¿Por qué?
Pues porque si la mamá hace una escucha consciente de su música y se predispone a escucharla, el bebé la va a incorporar no sólo por lo que le llega a sus oídos sino por aquello que está percibiendo la mamá, por esa sensación que le genera esa música, que se traduce en hormonas que llegan al bebé a través de la sangre, y eso de alguna manera actúa como fijador que hace que cuando ese niño vuelva a escucharla le remite a esa sensación placentera que ya percibió en su vida intrauterina.
Porque la comunicación no comienza con una mirada, sino que el antecedente comunicacional más próximo son las voces y los sonidos. El sentido que más podemos estimular desde antes del nacimiento, como te he adelantado desde el inicio de este artículo, es el auditivo.
Todo lo que se pueda hacer desde la vida intrauterina, servirá para el resto de ésta extrauterina, porque si un bebé es gestado y es recibido de una manera armónica, cálida, contenida y con estímulos, seguramente va a crecer en un ámbito donde será respetado y escuchado. Y de aquí, podríamos sacar otros varios ejemplos, como que si un bebé es escuchado, posiblemente no va a necesitar gritar; o si tiene una transmisión de amor, seguramente será un ser cariñoso. Ya se dice que los padres y madres somos modelos para nuestros pequeños, incluso desde antes de nacer.
Igual ahora te preguntas… ¿De verdad esto tiene beneficios?
Pues se dice, y algunos estudios así lo demuestran, que este tipo de tratamiento terapéutico promueve convivencias más intensas y menos estresantes durante el embarazo, el parto y la relación temprana con el bebé ya nacido. El bebé ya reconoce las voces de sus padres, quienes le cantaron e interactuaron vocalmente con él, sintiéndose mucho más seguro y sostenido al nacer.
La lactancia también se ve favorecida por la confianza que brinda la relación y el vínculo, y además, el bebé tiene posibilidades de alcanzar mayores conexiones neuronales, ya que antes de nacer reconoce diferentes melodías y músicas, y con un buen estímulo y un sano desarrollo, esto seguramente se traducirá en que el niño adquiera un mayor grado de inteligencia.
Por tanto, se ha visto que los bebés cuyas madres han participado de sesiones musicoterapéuticas son bebés más tranquilos, más sensibles y menos irritables. Y lo que es más importante, es que ésta relación prenatal favorecida por la musicoterapia, les permite a las mamás decodificar más fácilmente las necesidades de su bebé.
La voz de la madre
Es su favorita, y la prefieren por encima de cualquiera, y esa preferencia se mantendrá tras el nacimiento, ya que acuna favorablemente el vínculo con el bebé. Uno de los cambios durante el embarazo es el sonido de la voz de la madre, que se adapta a la par que todo su cuerpo, mientras está acogiendo al bebé que está por venir.
Gracias a las investigaciones, sabemos que los sonidos que emite la madre hacen vibrar sus cuerdas vocales y dicha vibración se transmite al feto a través de sus estructuras óseas, sobre todo a través de los huesos más grandes. De esta forma, la vibración producida por el canto o la voz materna se traslada a través de la columna vertebral hasta la pelvis, que es la residencia del bebé durante las primeras etapas de su desarrollo. Por tanto, el anillo óseo que compone la pelvis se convierte en una especie de templo sonoro donde resuena la voz materna y rodea al bebé creándole un agradable micromasaje, que percibe desde etapas tempranas de su vida intrauterina.
Y bajo estos cimientos y los del método de la Psicofonía, surge otra técnica utilizada durante la etapa gestacional, y es el canto prenatal.
Nace en Francia en 1960, de la mano de la cantante lírica y docente Marie Louise Aucher, como aplicación particular de la psicofonía, quien lo introdujo en las salas de parto del Hospital de Pithiviers junto con el gran obstetra Michel Odent.
A grandes rasgos, podemos decir que se basa en un repertorio específico para los padres para favorecer la comunicación y la estimulación temprana utilizando herramientas que posibiliten el uso de su voz sin forzarla, aprendiendo a dejar fluir los sonidos de manera fisiológica y a gestionar el aire, mientras fomentan su propia conciencia corporal. Luego, todo esto también puede suponer un gran apoyo en el momento del parto, como mecanismo de autocontrol y autogestión de la respiración y de las sensaciones percibidas durante las contracciones.
M. L. Aucher decía que la voz es un medio analgésico natural que posee el cuerpo, que favorece la dilatación, permite vivir de forma más activa y positiva las contracciones y que además nos facilita estar más en contacto con nuestras sensaciones y necesidades en cada momento.
Así que, queda clarinete que el embarazo es un buen momento para cantar, aunque no lo hayas hecho nunca antes, o pienses que no tienes buena voz, ya que en esta etapa lo de menos es la estética, sino descubrir y disfrutar de nuestra voz, conocer nuestro cuerpo, a la vez que se establece un vínculo con el bebé, mientras atendemos más a nuestro mundo interno, que al externo.
Y sobre este tema, del que se habla un poco sobre la experiencia con Aucher, te recomiendo el libro “El bebé es un mamífero” de Michel Odent.
Y para acabar, te dejo unas estrofas que he escrito durante esta dulce espera, y que vendría a resumir todo esto que te he contado, sobre cuyas metodologías he utilizado:
DOS CORAZONES EN UN CUERPO, ACUNADOS POR MI VOZ
La voz como aliada,
como punto de conexión,
como canal de unión,
con mi más grande bendición.
Cantarle y saber que me escucha,
arrullarle con mi voz,
que también ha cambiado,
como todo lo demás.
Ese sonido que se adapta,
que lo acoge con mi nana,
que mi bebé la escucha,
desde el segundo trimestre de gestación.
Vibración sonora,
desde antes de su nacimiento,
cuerpo entero como catedral sonora
para envolverlo entero,
desde las cuerdas vocales hasta las estructuras óseas.
Y es que nuestra comunicación,
ya hace un tiempo que ha empezado,
y no necesita de palabra,
ni verbalización…
Flotando estamos,
como pececillos nos hallamos,
y disfrutando esta etapa de gestación con todas y cada una de sus caras. 🤰🤍
Somos dos corazones en un cuerpo,
acunados por mi voz. 💙🗣💛
Y aunque lo había experimentado como musicoterapeuta, jamás me imaginé cómo serían esos momentos de conexión intrauterina con mi bebé, para empezar a generar un vínculo sano y amoroso con él.
Besos sonoros y abrazos silenciosos.
¡A SONAR Y SOÑAR! 🎵
Laura Cañellas García
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