Sabías que en Dinamarca los niños de entre 6 y 16 años reciben clases de empatía en la escuela. Aprenden a ponerse en el lugar de los demás y a entender sus sentimientos. De poco sirve tener excelentes profesionales que no sean buenas personas. Los estudiantes tienen una hora a la semana para desarrollar las habilidades necesarias para preocuparse por los demás.
Los niños hablan de sus problemas al resto de compañeros, entre todos buscan maneras de hacer frente a las preocupaciones de cada alumno. Aprenden a ubicar las emociones y se ponen en práctica ejercicios de empatía.
Desde pequeños empiezan a quitarse el miedo a sentirse vulnerables o incapaces de enfrentarse a ciertas circunstancias. Cogen confianza suficiente para abrirse sin tener miedo a ser juzgados, adquieren la capacidad de desarrollar y aplicar la inteligencia emocional.
Qué es la empatía
La empatía es la capacidad que tiene una persona para ponerse en el lugar de otra, de entender sus sentimientos. Supone la capacidad de identificarse con alguien, requiere inteligencia emocional, compresión y escucha activa. Los psicólogos alertan de no confundirlo con la compasión, donde se pone en el lugar del otro y además intenta evitarle el sufrimiento.
A una persona empática le gusta practicar la escucha activa y analizan por qué la persona se siente de una determinada manera. No son extremistas, no limitan su pensamiento a que todo sea blanco o negro, también contemplan la gama de grises. Aunque hay quien interpreta que tienen un estilo de comunicación pasivo, dejando de lado sus propios intereses.
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El valor de la empatía
Las personas con empatía tienen una inteligencia emocional que les permite entender que cada persona es diferente y que por lo tanto tiene unas necesidades diferentes. Tienen una sensibilidad especial para tratar a cada persona según sus circunstancias. Saben interpretar bien la comunicación no verbal, los gestos, miradas y tonos de la voz. Suelen ser personas más tolerantes y respetuosas con las decisiones de los demás y cuidan cada palabra que dicen para evitar hacer daño a otra persona.
Otro de sus valores es que apuestan por la bondad de las personas, cuando conocen a alguien, aunque esa persona tenga mala fama, presuponen que la persona es buena hasta que no les demuestre lo contrario. En ocasiones pueden sentirse obligados a involucrarse de manera activa en un conflicto aunque este no tenga nada que ver con ellos mismos.
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La empatía en la educación danesa
Los niños daneses reciben una educación centrada en clases tradicionales de lengua y matemáticas, pero también tiene su espacio el incentivar la cuestión emocional. Los alumnos de entre 6 y 16 años tienen una hora a la semana para desarrollar la habilidad de preocuparse por los demás. Es una forma de formar a niños fuertes, emocionalmente seguros y felices.
Adaptan la materia a edades tempranas, empiezan con un juego libre, focalizan la idea de la empatía, la unión y del optimismo realista. Los niños aprenden a que son parte de la sociedad y que deben preocuparse por los demás. Por ejemplo, en la clase de empatía, los profesores crean situaciones donde tienen que cultivar la empatía. La técnica más habitual es que los pequeños hablen de sus problemas, el resto de compañeros les escuchan e intentan aportar soluciones.
Cuando ningún alumno tiene problemas que exponer, los profesores y alumnos trabajan en la cohesión del grupo, intimidad u otros conceptos que ayudan a llevarse mejor entre todos. También puede ser un buen momento para reflexionar sobre lo que entendemos por empatía y cómo la ejercemos. Hablar para con los demás y aprender a no tener miedo a mostrarnos vulnerables, es una buena oportunidad para buscar la empatía de otras personas.
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