Los buenos zapatos de invierno tienen que ser cómodos, flexibles y transpirables. Tienen que darnos calor para llevar mejor los días fríos. Hay que fijarse en que se adapte a las características de nuestro pie.
Una mala elección puede deformarnos las uñas, provocar dolor de pie o que aparezcan hongos. Tenemos que tener en cuenta la temperatura, humedad del lugar en que vivimos. La actividad que vayamos a hacer con el zapato, no es lo mismo caminar mucho que poco, por asfalto o por tierra. Siempre es aconsejable llevar un buen calcetín de algodón para ir más cómodos.
Los podólogos recomiendan comprar los zapatos de invierno a última hora de la tarde. El volumen del pie cambia de primera hora de la mañana a la tarde. Los pies tienden a hincharse en algunas personas según avanza el día.



Sujeción, ancho adecuado y flexibilidad de los zapatos de invierno
El zapato de invierno ideal aporta una buena sujeción a nuestro pie. Los cordones son el método que más sujeta y permite adaptar el calzado a nuestro pie. Una mala pisada no solo afecta al pie, también lo hace en la cadera, rodillas o tobillos. En cambio, la cremallera y los elásticos suelen sujetar menos. Estos últimos calzados pueden estar recomendados si se tiene poca movilidad o es un niño pequeño.
Los podólogos recomiendan zapatos ligeros para ahorrar energía a lo largo del día. Los zapatos deben tener una profundidad y un ancho adecuados. Si son estrechos suelen provocar que salgan callos. Por supuesto, los expertos no recomiendan los tacones, aunque tampoco los zapatos totalmente planos, algo intermedio. Para evitar resbalones se recomiendan las suelas antideslizantes para regiones humedad, donde el suelo esté mojado.
La flexibilidad es importante, ya que unos zapatos muy rígidos pueden crear sobrecargas en la zona del antepié. La flexibilidad te ayudará a evitar el dolor en la planta de los pies, cerca de los dedos.



Zapatillas de deporte
Hay quien siempre lleva zapatillas de deportes aunque no vaya a hacer ejercicio físico. Los podólogos no lo ven mal aunque no conviene abusar de ningún calzado. Cada vez hay una mayor especialización de zapatillas para fútbol, running, ciclismo, etc., conviene utilizarlas para lo que están destinadas.
La suela debe absorber el impacto en la pisada. Las zapatillas de deporte con plataforma, tan de moda, no convencen a los podólogos. Una suela gruesa crea inestabilidad, hay más riesgo tropezarnos y hacernos un esguince. También hacen que el calzado pese más y eso afecte a cada paso que demos.



Particularidades de las botas
El botín pequeño es la opción más recomendada para el día a día. Una bota demasiado alta puede dificultar la movilidad en las articulaciones. Recomiendan evitar las botas que superan las rodillas.
Las botas de punta pueden provocar muchas dolencias. Un buen calzado nunca debe apretar en la punta de los pies. Son las artífices de que se nos queden los dedos en martillo, mazo o en garra.
Los beneficios de las plantillas
Las plantillas suponen un gran alivio para muchas personas, pero ni todo el mundo las necesita ni es conveniente comprarlas en cualquier sitio. Lo mejor es ir a un podólogo que te recomiende una plantilla personalizada. En algunos casos las plantillas ayudan a tratar y llevar mejor una patología en el pie.
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