Una madre y un bebé son la máxima expresión del significado de la palabara yoga. En esta perfecta unión, el 95% de la comunicaión es no verbal. En las clases de yoga mamás y bebés nos seguimos comunicamos con nuestros bebés (puesto que durante el embarazo ya profundizamos en las clases sobre la comunicación intrauterina) a través de los cuerpos, del movimiento y de las sensaciones,  aprendiendo a vincularnos, expresarnos y escuchar con el cuerpo.

A través de masajes, ejercicios, caricias y juegos interactuamos con nuestro bebé y le ayudamos a su sano crecimiento psiquico-emocional, todo ello desde el respeto hacia nuestro propio cuerpo y del bebé, y con un alto grado de escucha para saber reconocer las necesidades de nuestro hijo/a en cada momento.

De este modo reforzamos el vínculo mamá-bebé, el bebé percibe a una mamá disponible aquí y ahora para él, lo que le genera confianza y seguridad; comenzamos a  vivir la maternidad como una gran oportunidad para conocernos más a nosotras mismas;  desde la no comparación la mamá tiene la oportunidad de compartir con otras mamás su experiencia, y lo más importante, irá desarrollando la atención relajada, la aceptación y la apertura necesaria para vivir y crecer en familia.

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