Más de un tercio de los bebés tienen niveles de vitamina D inadecuados a los tres meses
Científicos noruegos han llevado a cabo un estudio acerca de los niveles de vitamina D en madres y niños durante el embarazo y hasta los seis meses después del nacimiento. Los resultados apuntan que más del 30% de los bebés tenían niveles inadecuados de la vitamina a los tres meses de edad.
El equipo del Instituto de Investigaciones Marinas de Noruega ha encontrado que el 13% de las madres participantes en el estudio tenían deficiencia de vitamina D. Esto aumenta las posibilidades de que se pueda emplear un plan de suplementación personalizado para abordar el problema.
Según las declaraciones, “los niveles de vitamina D aumentaron de tres meses a seis meses”, explicó la investigadora Jennifer Gjerde, ingeniera sénior del Instituto y miembro del equipo de estudio. No obstante, a rasgos generales, los primeros tres meses de desarrollo en el niño, “se ha demostrado que los niveles son demasiado bajos”, agregó Gjerde.
Deficiencia de vitamina D durante el embarazo
Estos hallazgos son especialmente preocupantes para las mujeres embarazadas, ya que se enfrentan a posibles retrasos en el crecimiento infantil y en el desarrollo esquelético. Además, esta deficiencia podría afectar al deterioro de la formación de huesos y al sistema inmunológico debilitado.
En este sentido, la investigación ha establecido un vínculo con las concentraciones de vitamina D en la sangre del cordón umbilical materno e infantil. Por lo tanto, las madres con suficiente vitamina D durante el embarazo pueden proporcionar una dosis importante de esta vitamina al feto a medida que atraviesa la placenta.
Esto afecta especialmente a la mayoría de los países escandinavos, y los del hemisferio norte en general. Sus habitantes son vulnerables a los bajos niveles de vitamina D debido a la falta de exposición a la luz solar, sobre todo en los meses de invierno. De hecho, se han relacionado niveles más bajos de vitamina D en madres noruegas con una masa ósea máxima más baja en la descendencia. La suplementación personalizada con vitamina D destaca como una medida preventiva que puede ser de gran ayuda durante el embarazo y la lactancia.
Suplemento de vitamina D para mejorar la salud de la madre y del bebé
Los resultados de la investigación demuestran la importancia de que la madre tenga suficiente vitamina D, tanto antes como después del parto, ya que en el período de lactancia es importante contar con unos niveles óptimos de esta vitamina para reforzar el crecimiento y desarrollo del bebé. La Dirección de Salud de Noruega, recomienda tomar un suplemento de vitamina D durante el embarazo para garantizar que la madre y el bebé tengan suficiente vitamina D después del nacimiento.
Para avanzar con la investigación, Gjerde congregó a 137 mujeres embarazadas en un ensayo de intervención controlado aleatorio de dos brazos. Concretamente, se obtuvieron muestras de sangre de parejas de madre e hijo a los tres y seis meses posparto y se recogieron muestras de leche materna a las seis semanas y tres meses posparto al principio, a la mitad y al final de una alimentación elegida.
Después, estas muestras se analizaron para determinar el estado de los metabolitos de la vitamina D en parejas de madre e hijo. Los resultados revelaron que el 63% de los niveles plasmáticos de vitamina D materna estaban por debajo de los niveles recomendados a los tres meses y los niveles de vitamina D en la leche materna descendieron de 60,1 nmol/l a 50,0 nmol/l entre las seis semanas y los tres meses.
Por otra parte, algunos resultados revelaron que el 31% de los bebés fueron clasificados como deficientes en vitamina D (menos de 50 nmol/L). En cuanto a las madres, el estudio reveló que tres meses después del parto, el 13% tenían muy poca vitamina D, mientras que el 50% tenía un nivel que se consideraba insuficiente. El resto de la población (37%) tenía suficiente vitamina de este tipo en su cuerpo.
“La vitamina D es el único suplemento dietético que deben recibir los bebés, y los centros de salud lo comunican y hacen un seguimiento”, dice la investigadora Maria Wik Markhus. Por ello, la investigadora se muestra “sorprendida por la proporción tan grande de niños que padecen deficiencia de vitamina D”.
Resultados y conclusiones de la investigación
Al analizar los resultados, el equipo señaló que los métodos analíticos empleados permitieron distinguir entre la vitamina D (25(OH)D3) y otra forma, la 3-Epi25(OH)D3. Esta última se encuentra principalmente en niños menores de un año, pero no es tan activa en el cuerpo. El equipo agregó que si la 3-Epi25(OH)D3 no se distinguiera de la 25(OH)D3, solo el 25% de los bebés se habrían clasificado como deficientes en vitamina D en lugar del 31%.
La autora principal del estudio, Gjerde, ha señalado que “se podría excretar la forma de vitamina D que no es tan activa en el cuerpo, y luego obtener una medición más precisa del estado de la vitamina D, evitando sobreestimar los niveles de la vitamina”.
Por otro lado, el equipo de investigación también destacó las recomendaciones dadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que aconsejan lactancia materna exclusiva durante 6 meses. Sin embargo, como han demostrado los estudios, esto puede resultar en una deficiencia de vitamina D en los bebés.
A pesar de que la leche materna es rica en nutrientes esenciales para la etapa más temprana de la vida, contiene alrededor de tres veces menos vitamina D que la concentración circulante materna. Asimismo, el equipo matiza que “la leche materna es inadecuada como única fuente de vitamina D, y se recomienda una suplementación de 10 microgramos (µg) por día”.
Referencias
Gjerde J, Kjellevold M, Dahl L, Berg T, Bøkevoll A, Markhus MW. Validation and Determination of 25(OH) Vitamin D and 3-Epi25(OH)D3 in Breastmilk and Maternal- and Infant Plasma during Breastfeeding. Nutrients. 2020 Jul 29;12(8):2271.
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