La fatiga crónica se caracteriza por provocar cansancio sin causa aparente durante más de 6 meses de duración. Suele aparecer en personas sanas, sin antecedentes de enfermedades psiquiátricas y con una actividad alta en su vida diaria.
La fatiga extrema no puede atribuirse a ninguna enfermedad preexistente, además, puede empeorar con la actividad física o mental, pero no mejora con el descanso. Afecta a muchos sistemas del cuerpo, impidiendo realizar actividades cotidianas de las personas que la padecen. Otros síntomas incluyen problemas con el pensamiento, la concentración, mareos o dolor.
Se trata de una patología difícil de diagnosticar, habitualmente se realizan varias pruebas médicas para descartar otros posibles problemas de salud. El tratamiento del síndrome de fatiga crónica se centra en el alivio de los síntomas.
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Síntomas y tratamientos de la fatiga crónica
La fatiga crónica, además del cansancio, puede repercutir en dolores de garganta, dificultad para dormir, dolores musculares, problemas de concentración y de memoria. También puede provocar fiebre o un agotamiento extremos de más de 24 horas después de haber hecho un ejercicio físico o mental.
El tratamiento está generalmente dirigido a mejorar los síntomas pero no a curar la enfermedad. No hay estudios que demuestren eficacia ni con dietas, ni con antibióticos, ni con antivirales. Los tratamientos que han demostrado eficacia son las terapias conductuales cognitivas, sesiones con un psicólogo dirigidas a mejorar las conductas que puedan llevar a la recuperación. También siempre viene bien hacer ejercicio físico acorde con nuestra forma física y siempre de manera gradual, nunca de golpe.
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Posibles causas de la fatiga crónica, importante para saber prevenirla
Dado que no hay muchos tratamientos probados que esté demostrado que sean eficaces, vamos a intentar analizar las posibles causas de la fatiga crónica para saber prevenirla. Hay algunas investigaciones que apuntan que podría estar provocada por infecciones virales, es decir después de superar un virus que podría ser el que actúa como desencadenante.
También puede deberse a desequilibrios hormonales. Las personas que padecen el síndrome de fatiga crónica en ocasiones tienen niveles anormales en sangre de las hormonas que se producen en nuestro organismo. Pero aún se desconoce la importancia de estas anormalidades.
Otra forma de prevenir es analizar el perfil, hay una serie de factores de riesgo, por ejemplo, la edad, el síndrome de fatiga crónica puede aparecer a cualquier edad, pero afecta con más frecuencia a personas de entre 40 y 60 años. Los factores genéticos o ambientales también pueden intervenir en la aparición de este síndrome.
Suele afectar más a las mujeres o quizá son ellas más activas a la hora de preguntar a un médico cuando notan síntomas de cansancio. Es importante que ir con cuidado con el estrés para evitar la fatiga, aprender a manejarlo y no dejarle entrar en nuestra vida.
Hay personas con esta enfermedad que entrar en una depresión, se aíslan socialmente, restringen su estilo de vida, incluso ven alterado su rendimiento en el trabajo. Por ello la prevención del estrés y