RecuerDa, con K

Caben escasas dudas sobre la importancia de la Vitamina D en nuestra salud. Un aspecto clave a tener en cuenta, dadas las significativas cifras de déficits de dicha vitamina en la población general. No solo encontramos deficitarios los niveles en adultos mayores, sino también en niños, en jóvenes y  en mujeres postmenopáusicas.

Respecto a la vitamina D en ancianos, se ha visto que el déficit es mayor si viven en residencias que si residen en sus domicilios. La elevada temperatura estival de algunas ciudades españolas limita la salida de las personas mayores al exterior, donde aconsejo pasear a primeras horas de la mañana para mantener un contacto mínimo con el Sol.

Los expertos nos hacemos la pregunta de cómo puede suceder una situación así en un país como el nuestro, donde nos encontramos niveles de Vitamina D semejantes o inferiores a países de Europa central.

Existen diferentes teorías donde se ha planteado desde el escaso aporte dietético y la falta de compensación por la síntesis de la piel. También se ha propuesto la geolocalización de la península. Ésta se ubica por encima del paralelo 35oN, donde la posibilidad de sintetizar vitamina D es escasa en invierno y primavera. El moreno de nuestra piel es otra teoría acerca de la dificultad de la síntesis de vitamina D.

Es muy conocida la importancia de la vitamina D en la formación y mantenimiento de la salud ósea. Es menos conocida su relación con enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades autoinmunes y cáncer. 

La vitamina D podría tener un impacto directo en la regulación del eje renina-angiotensina-aldosterona. Un nivel bajo de vitamina D podría facilitar un aumento de la presión arterial. 

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En nuestro cerebro la deficiencia de vitamina D podría asociarse a enfermedades neurológicas. Esto se explicaría por la capacidad de dicha vitamina en regular la expresión de neurotrofinas y ciertos neurotransmisores como la acetilcolina, la dopamina y el ácido gamma-aminobutírico.

En el ámbito de nuestras defensas y el sistema inmune la vitamina D es esencial para la regeneración de la barrera epitelial, así como para la maduración de las células inmunes.  La acción de la vitamina D dentro de las células inmunitarias se asemeja a la de las citocinas. Las citocinas son pequeñas proteínas muy importantes para controlar el crecimiento y la actividad de otras células del sistema inmunitario y las células sanguíneas.

Asistimos a una mejora de la respuesta inmune innata, al mejorar la producción de agentes antimicrobianos por los monocitos y neutrófilos, y es capaz de modular la respuesta inmune específica. En resumen, la hormona actúa sesgando las células T. Las células T son una especie de células inmunes, cuyo principal propósito es identificar y matar a agentes patógenos que nos invaden o células infectadas.

La vitamina D activa los macrófagos y la producción de péptidos antimicrobianos esenciales en la erradicación de infecciones bacterianas o virales. Se plantea su relación en infecciones como la Gripe y, tras la pandemia actual por SARS-COV2, se debate la importancia del déficit de dicha vitamina junto a otras variables para tener COVID-19.

Vitamina D y cáncer. El déficit se asocia con un mayor riesgo de cualquier tipo de cáncer y una disminución de la posibilidad de sobrevivir. Esto se debe al aumento de la gravedad de los síntomas y al potencial metastásico de las neoplasias malignas

Vitaminas con K…

La vitamina K son un grupo de sustancias solubles en grasa, con una estructura química parecida, cuyo papel es esencial en los procesos de coagulación de la sangre. La evidencia actual respalda la idea de que la suplementación conjunta de vitaminas D y K podría ser más eficaz que el consumo de cualquiera de las dos solas para la salud ósea y cardiovascular.

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La forma de vitamina K más utilizada para la suplementación es la vitamina K 2 en su forma de Menaquinona-4 y Menaquinona-7. 

La menaquinona-4 se usa para mejorar el sistema óseo mientras que la menaquinona-7 se usa más con objetivos de mejora cardiovascular, con dosis entre 90-360 μ g.

La menaquinona-7 tiene una mayor biodisponibilidad y puede ser de particular importancia para el tejido extrahepático como hueso, cerebro, sistema vascular, testículos, páncreas, riñones y pulmones.

Alimentos con Vitamina D

  • Los pescados grasos, como el salmón, el atún y la caballa
  • Queso y la yema de huevo
  • Los hongos aportan cierta cantidad de vitamina D.
  • Batidos y suplementos bebibles suelen estar reforzados

Alimentos con Vitamina K

  • Hortalizas de hojas verdes como la espinaca, col rizada, brócoli     y lechuga.
  • Aceites vegetales.
  • Arándanos azules y los higos.
  • Carne, queso, huevos y granos de soja.
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Biografía de Pedro Rodriguez Picazo

Enfermero por la Universidad de Alicante. Experto universitario en inmunonutrición por la Universidad Católica de Valencia San Vicente Martir. Máster en nutrición humana por la Universidad de les Illes Balears. Máster en Salud Mental por CEU Cardenal Herrera y Máster en Salud y medicina Integrativa Avanzada. Titulado como profesor de Yoga.
Ademas de mi actividad asistencial, coordino e imparto  formaciones sobre diferentes disciplinas de la Salud y la Medicina Integrativa.

Los usuarios/colaboradores de Revista cultivarsalud.com se comprometen a difundir información que sea verdadera y correcta de acuerdo a los conocimientos actuales

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