Para conciliar el sueño lo mejor es recurrir a los remedios de la abuela. Existe una sabiduría popular que nos ayudará a dormir mucho mejor. Gracias a estos consejos despertaremos cada mañana menos cansados, irritados y sin dolores musculares. A continuación te damos unos consejos.
Cenar pronto
Lo primero a tener en cuenta es acostumbrase a cenar pronto, dos horas antes de irte a dormir, para facilitar la digestión. La fruta cocinada es recomendable, especialmente las manzanas, melocotones, peras o un plátano. En términos generales es mejor tomar verdura cocida o una sopa de crema caliente a una ensalada, que puede dejarnos hinchados. También te puede sentar bien tomar tortilla francesa rellena con jamón, atún o verdura.
A última hora del día es más digestivo el pescado que la carne, con mucha grasa se sobrecargan los órganos digestivos, además de ganar peso. Puedes tomar salmón cocinado a la plancha o al horno. El pescado como plato principal aporta proteínas de calidad, el salmón además tiene grasas saludables omega 3. Muy recomendables son las espinacas con gambas y piñones, pero sin pasarse para no acabar llenos.
Los expertos recomiendan que no cenemos solo fruta, no se puede considerar una cena ligera, aporta azúcar y fructosa. En el caso de hacerlo, aconsejan tomar solo una pieza para no engordar. Los cereales tampoco están recomendados. Evita los refinados con azúcar añadido y opta por avena, por ejemplo, con unos trozos de fruta.
No recomiendan tomar embutidos, quesos, tienen demasiada grasa, sobre todo saturada. Además, te despertarás con sed, reteniendo líquidos y sintiéndote hinchado. Evita también la comida precocinada, es rica en grasas saturadas.
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Condiciones ambientales
Las condiciones ambientales son básicas para dormir bien, no tenemos que pasar ni frío ni calor. La temperatura ideal para un buen sueño es entre 15 y 21 grados. Además, el contenido de humedad debe ser del 40% al 60%. Las temperaturas inferiores a 12 grados o superiores a 24 pueden resultar perjudiciales. No tenerlo en cuenta puede suponer estar dando vueltas durante toda la noche y no llegar a conciliar un sueño profundo.
Muchos neurólogos coinciden en decir que dormir en una habitación fría, con una temperatura inferior a la considerada de confort, mejora la calidad del sueño. Está comprobado que las elevadas temperaturas provocadas por un intenso calor, alteran nuestro descanso.
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Tomar infusiones o leche caliente
Acaba la cena con una infusión o un vaso de leche caliente. Entre las infusiones recomiendan tomar manzanilla, tila, hinojo o tisana de anís. Todas tienen propiedades relajantes que ayudan a disfrutar de un sueño reparador.
También podemos dejar el vaso de leche caliente para justo antes de ir a dormir. Nos ayudará a descansar mejor gracias al triptofano, un aminoácido que ayuda a que los neurotransmisores que participan en el ciclo del sueño nos garantizan un buen descanso.
Un paseo antes de dormir
Hacer un pequeño paseo entre la cena y la hora de irnos a la cama también nos ayudará a un mejor descanso. Contribuye a relajarnos y que nuestro cuerpo esté más dispuesto para descansar. Una acción que ayuda a hacer la digestión y quemaremos más calorías. Los paseos también nos ayudan a prevenir la diabetes, ayuda a mejorar los niveles de azúcar. Los médicos recomiendan dar tres paseos cortos al día, justo después de cada comida. Pero si vas a realizar un solo paseo te recomendamos entonces que sea el de las horas de la noche.
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El colchón
Para descansar bien es necesario tener una cama cómoda, limpia con un buen colchón. Hay distintos tipos de colchones fabricados con materiales distintos. Pueden ser de látex, espuma o muelles, entre muchos otros.
Hay que tener en cuenta nuestra posición a la hora de dormir. Si lo haces boca arriba, en posición supina, sobre la espalda, debes adquirir colchones duros. Para aquellos que duermen de lado, conviene más tener menos firmeza para que el hombro pueda acoplarse mejor. Para aquellas personas inquietas, que se mueven, conviene un colchón duro para poder girarse sin esfuerzo.
El peso también es determinante a la hora de elegir un colchón. Cuanto más peso, necesitarás que sea más firme para conseguir una buena sujeción. Aquellos que tengan menos kilos necesitarán mayor flexibilidad, de este modo el peso estará más repartido.
Para aquellas personas que viven en una zona calurosa, el colchón de muelles es el más recomendable para no pasar calor pues suelen ser más frescos. Para los frioleros, aconsejan los colchones de látex o espuma.
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