Continuamos en nuestro viaje a través de los aforismos que propone Patanjali en los yoga sutras, primer libro: Samadhi Pada
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Aforismos de Patanjali
SUTRA Nº 38, SUAPNA-NIDRÂ-JHÂNA-ÂLAMBANAM VÂ
Dentro de los aforismos de Patanjali, este nos propone que es necesario un buen descanso para que nuestra mente funcione mejor y esté más calmada. Debemos aprender a descansar, a considerar el descanso como necesario y a predisponernos a la hora del sueño, por ello son importantes los pensamientos que tenemos entre la vigilia y el sueño, pues condicionan la calidad de este. El sueño nos repara, por lo que hay que aprovecharlo en beneficio de nuestra evolución espiritual.
Nos ayudarán a tener un buen descanso sobre todo dos cosas: la primera, plantearnos los pensamientos previos al sueño, intentar no dedicar ese tiempo a actividades que nos alteren, por el contrario siempre es mucho más recomendable meditar, recitar mantras poderosos, una conversación relajada o la práctica de alguna secuencia de yoga, pero siempre en clave tranquila y sosegada.
La segunda la cena, que tomo, como y cuando, es imposible tener un buen descanso si hemos cenado tarde, copiosamente y para colmo nos vamos deprisa a la cama sin haber dejado un tiempo para la digestión. Es mucho más recomendable que cenar ligero, tranquilo y, siempre que sea posible, por lo menos dos o tres horas antes de ir a dormir.
Explorar la calidad de nuestro sueño nos puede ayudar a clarificar algunos de nuestros problemas habituales.
SUTRA Nº 39 YATHÂ-ABHIMATA-DHYÂNÂD-VÂ
Podemos apoyarnos, indagar y meditar en cualidades, sentimientos y emociones espirituales y bonitas, que nos gusten, nos llenen y nos hagan sentir bien.
Siempre que lo necesitemos, o simplemente cuando queramos potenciar alguna de estas cualidades, podemos meditar en ella, o recitar mantras de agradecimiento o devoción, estas cualidades pueden ser el amor, la dicha, la alegría, la felicidad, la calma, el perdón, la paz, la libertad, el respeto, la tolerancia, la fe, etc.
SUTRA Nº 40, PARAMÂNU-PARAMAMAHATUÂNTAH-ASYA-VASHÎKÂRAH
Cuando conseguimos calmar nuestra mente y alcanzamos el estado de yoga, nuestra mente es capaz de comprender absolutamente todo, lo simple y lo complejo, lo perceptible y lo imperceptible, lo sutil y lo absoluto. Entonces somos capaces de percibir desde la magnitud del cosmos, hasta la más mínima de las partículas subatómicas. Una mente meditativa puede concentrar su atención en un pensamiento minúsculo e ir ampliándola paulatinamente, hasta llegar a una visión cósmica, holística y llegar a comprender la conexión entre ambas.
SUTRA Nº 41, KSÎNAVRTTERABHIJÂTASYEVAMANERGRAHÎTRGRAHANAGRAHYESU TATSTHATADAÑJANATÂMSAMÂPATTIH
Una mente quieta, yóguica, en la que se han eliminado los obstáculos, las impurezas, una mente acostumbrada a estar tranquila, es un gran instrumento que permite a la persona sentir, percibir, las cosas a través de la mente, se convierte en un intermediario limpio, puro, transparente, que no añade ni quita, que no manipula ni tergiversa la información que recibe. Una mente tranquila nos muestra lo que percibe tal cual es, como un espejo. Se convierte para su dueño en una joya, un diamante, que por su pureza y transparencia es capaz de reflejarle fielmente la realidad.
Este Sutra contenido en los aforismos de Patanjali también plantea que una mente yóguica es como un líquido, que se adapta, fluye y recubre la realidad a la perfección, tiene la suficiente plasticidad para acoplarse y adaptarse a las características de lo que se percibe, sin necesidad de modificarlas. Antes de llegar al estado de yoga nuestra mente es rígida, con aristas, con ideas preconcebidas, con estructuras definidas a las que, inconscientemente intentamos acoplar nuestras percepciones.
Seguimos con los aforismos de Patanjali en el siguiente artículo, ya solo quedan 10 para terminar con este primer libro. Leer AQUÍ
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