Durante estos últimos años, vemos a través de los medios de comunicación, así como en las conversaciones cotidianas con nuestras/os círculos de más confianza, como el uso de consoladores y otros juguetes sexuales es algo muy normal y cada vez más personas introducen en sus encuentros sexuales un vibrador para parejas por puro placer.
Cuando decides incorporar juguetes eróticos en tu intimidad o en la de tu pareja, es muy normal tener dudas sobre donde conseguirlos, como se llaman cada uno de ellos, que es un consolador, como funcionan, como me pueden satisfacer, ya que existe una gran variedad de juguetes sexuales en el mercado.
Cada «amiguito» o juguete está diseñado y creado con unas características específicas y si es cierto que en apariencia, casi todos nos parecen iguales, eso no quiere decir que sean exactamente lo mismo. Cada uno está pensado para satisfacer tu placer sexual y confeccionados con materiales, formas y utilidades distintas.
Juguetes sexuales, ¿qué son?
Los consoladores, vibradores o plugs anales, suelen reproducir, con mayor o menor fidelidad, la forma del pene y existe una gran variedad de tamaños, formas, colores, longitudes y grosores para satisfacer tus deseos más íntimos. Como hemos comentado, los podemos encontrar con diferentes tamaños y texturas, pero estos son detalles solo a nivel estético. También podemos encontrar juguetes sexuales con puntas dobles, para usar simultáneamente en la vagina y el ano.
El vibrador o dildo es un juguete sexual que se puede utilizar tanto para las relaciones sexuales en pareja, como para la masturbación. Por lo general, no tiene un mecanismo de vibración, por lo que la intensidad del «masaje» se aplica manualmente por el usuario o usuaria.
Como podemos ver, todos los objetos relacionados con el placer sexual, y los consoladores no son una excepción, se fabrican con varios materiales. Lo mejor siempre, es comprar modelos hipoalergénicos y de calidad, para evitar reacciones adversas en la piel.
Diferencia entre vibrador y consolador
Si nos referimos a los consoladores de toda la vida, la diferencia fundamental es que los consoladores «consuelan, como su nombre indica…» pero no vibran.
El vibrador no siempre tiene que ser introducido en la vagina o el ano para estimularlos, existen también pequeños vibradores que solo se utilizan para la estimulación del clítoris.
También podemos adquirir vibradores que se utilizan para dar masajes a otras partes del cuerpo. Al igual que los anteriores, estos también se producen en diferentes tamaños, grosores, colores y texturas.
Que debemos tener en cuenta en el momento de elegir un consolador
- La calidad de los materiales con los que estén fabricados, son muy importantes. Presta atención a que tus juguetes sexuales no contengan productos químicos ni alérgicos que puedan irritar la delicada piel.
- Tener claro el tipo de experiencia y el lugar donde quieres tener la experiencia. Dicho de otra forma, puedes elegir entre un «amiguito» sexual exclusivamente para la penetración o uno que solo vibre y masajee tus zonas erógenas.
- El tamaño y la forma, son importantes de cara a que te puedan aportar más placer y sean más cómodos o fáciles de llevar.
- Ten en cuenta las baterías, ya que no todos usan las mismas, e incluso los puedes encontrar recargables.
¿Cuáles son los consoladores más comunes que podemos encontrar?
Hay una gran variedad, casi infinita de juguetes sexuales que puedes encontrar en las webs de juguetes eróticos o en tu sex-shop de confianza (desde cultivarsalud.com te recomendamos que compres en páginas web o establecimientos o que te ofrezcan confianza y profesionalidad).
Podemos distinguir los siguientes tipos de consoladores:
1. Realista
Son una réplica casi exacta de un pene real, con todas sus partes, idénticas a las reales. Se replican el glande, las venas y las terminaciones nerviosas. Algunas tiendas de sexo incluso fabrican consoladores a medida para crear el pene ideal para tus deseos.
2. Sencillo
Tienen la misma forma que el anterior, pero sin detalles, colores o texturas particulares. Son los más fáciles de encontrar y los más baratos. Quizás sean los mejores para empezar a experimentar, ganar confianza y luego pasar al siguiente nivel.
3. Doble
Son más largos que los simples y tienen dos extremos iguales, ambos aptos para la penetración. Se recomienda usarlos en parejas, ya que se pueden usar al mismo tiempo. Es un juego sexual muy utilizado en los momentos de intimidad entre mujeres.
4. Para el punto G
Muchas mujeres sueñan con estimular el punto G, a pesar de la polémica sobre su existencia real. Bueno, debemos admitir que no siempre es posible estimularlo solo con las manos.
A veces, hay que recurrir al consolador. En este caso la punta tiene una pequeña curvatura que ayuda a llegar a esta zona erógena.
5. Consolador anal
Son más finos que los anteriores y algunos modelos tienen la punta ligeramente inclinada y una base de superficie amplia. Esa inclinación y base, sirven para evitar que se inserte completamente en el ano y logres disfrutar con seguridad de todo el placer.
La ventaja del dildo anal es que también se puede usar para la vagina, pero no al revés. Así que recuerda este detalle para evitar lesiones u otros problemas de salud.
Otras variaciones
En el mercado también existen diversos complementos para otras partes del cuerpo y para enriquecer el acto sexual. Para la masturbación, existen consoladores para poner en los dedos. De esta forma, se amplía el abanico de sensaciones y placer.
Los hombres que piensan que su pene es demasiado pequeño pueden usar consoladores huecos como una extensión del pene. Puede convertirse en un encuentro sexual muy erótico y especial.
Finalmente, dado que el sexo oral no se descuida en absoluto en las prácticas sexuales, también existen consoladores para colocar en la barbilla.
¿Cuánto tiempo ha existido el consolador?
Se dice que el consolador es, históricamente, el objeto sexual más antiguo de la humanidad. Algunos creen que los hallazgos son simples esculturas, pero no se excluye su uso.
Estos juguetes sexuales han evolucionado con la sociedad y con la mayor apertura a la sexualidad. La oferta en el mercado es tan amplia que es difícil inclinarse por un solo tipo.
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